El grancanario salió con hambre al Vicente Calderón. Dos balones puestos con una precisión meridiana que no se atrevieron a desaprovechar ni Mata ni Alexis, marcaron la ruta valencianista hacia la séptima Copa. Después, cuando el Getafe amenazaba con remontar, provocó una nueva falta de la que salió el definitivo 3-1.
Silva fue la llave de Koeman en una final que presenciaron ocho millones de espectadores. Alfredo Relaño, director del diario As le señala como "El hombre de la final" en su columna de opinión, mientras que sus colegas Damiá Vidagany destaca su "exhibición de profesionalidad" y Pedro Pablo San Martín le subraya como el jugador que "se comió el tiqui-taca" y que "dirigió la orquesta de Koeman".
En el Marca tampoco pasó desapercibida su exhibición. Rodrigo Errasti dice que Silva "demostró su calidad" en esos dos centros al área y que además "le hicieron muchas faltas y generó ocasiones" para otorgarle un notable en su análisis.
Silva destapó ante el Getafe todas sus virtudes y por ello, Fernando Llamas no duda en clasificarle en El Mundo como la "estrella" del partido. Para él "acarreó buena parte del peso del equipo" y además subrayó su "dinamismo", "precisión", "trabajo táctico" y "portentosa capacidad de sufrimiento" en un encuentro en el que "la chispa canaria alumbró los mejores momentos del Valencia" y en el que sufrió "hasta diez faltas".
Silva reconoce que "hemos hecho una grandísima Copa", pero a la vez se muestra prudente y, con la misma habilidad con la que supo conducir el balón con ambas piernas, maneja la situación y controla euforia. "Hay que pensar ahora en la Liga", manifiesta y aunque el club rehusó ayer la celebración para concentrarse para el próximo encuentro, liguero recordó que "la gente disfruta mucho con esto".
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