Los filiales de los 41 equipos que están integrados en la Liga Profesional podrían jugar una competición independiente a partir de la próxima temporada. La iniciativa del Sporting tuvo una buena acogida en otros clubes, lo que se empezó a tratar en reuniones de la Liga Profesional. Roberto Olabe, ex jugador de la Real Sociedad, equipo al que entrenó, y ex director deportivo del Almería, quedó comisionado para dar forma a la estructura de la que será una nueva competición, si bien será preciso presentar previamente una propuesta con todas las bases en la Real Federación Española de Fútbol.
En los primeros contactos, el organismo federativo condiciona la puesta en marcha de esta liga a que esté respaldada por todos los equipos. Los 42. Los contactos están avanzados con casi todos los clubes, para poner en marcha una competición que tiene el respaldo de la mayoría, incluidos el Real Madrid y el Barcelona.
La comisión que regula las bases de esta competición está compuesta por los representantes del Sporting, Osasuna, Real Madrid, Espanyol, Villarreal, Las Palmas y Numancia.
Competición cerrada
Entre las propuestas que se estudian está la de poder utilizar esta competición para dar entrada en las alineaciones a jugadores del primer equipo que están en procesos de recuperación, para adquirir ritmo. También se meditan los límites de edad, lo que no afectaría a la planificación del Sporting, que mantiene la intención de disponer de un equipo de formación de sus jugadores promesas, con vistas a dar el salto al primer equipo. Esta medida afectará más a clubes que tienen en sus filiales a jugadores de más edad, como es el caso del Villarreal B, que tiene en sus filas jugadores de hasta 28 años.
La competición será cerrada, sin ascensos ni descensos, con la intención de disputar en torno a 40 partidos durante la temporada. Los posibles cambios afectarían a clubes que se integren en la Liga Profesional, con ascensos a Segunda División, o los que desciendan a Tercera. Según los primeros estudios, los equipos que tomen parte en esta Liga de filiales se distribuirían en tres grupos, por proximidad geográfica.
Uno de los objetivos de esta nueva competición es evitar que pueda adulterarse la actual competición liguera de Segunda, con cambios de campos según los partidos y de demasiadas variaciones en los jugadores que se incorporan a los primeros equipos, potenciando o despotenciando a los filiales con diferentes rivales. Es el caso del Sevilla Atlético, que podría dejar una vacante en Segunda, lo que afectaría a la lista de descensos, aspecto que deberá analizar la asamblea del fútbol en julio.
En los primeros contactos, el organismo federativo condiciona la puesta en marcha de esta liga a que esté respaldada por todos los equipos. Los 42. Los contactos están avanzados con casi todos los clubes, para poner en marcha una competición que tiene el respaldo de la mayoría, incluidos el Real Madrid y el Barcelona.
La comisión que regula las bases de esta competición está compuesta por los representantes del Sporting, Osasuna, Real Madrid, Espanyol, Villarreal, Las Palmas y Numancia.
Competición cerrada
Entre las propuestas que se estudian está la de poder utilizar esta competición para dar entrada en las alineaciones a jugadores del primer equipo que están en procesos de recuperación, para adquirir ritmo. También se meditan los límites de edad, lo que no afectaría a la planificación del Sporting, que mantiene la intención de disponer de un equipo de formación de sus jugadores promesas, con vistas a dar el salto al primer equipo. Esta medida afectará más a clubes que tienen en sus filiales a jugadores de más edad, como es el caso del Villarreal B, que tiene en sus filas jugadores de hasta 28 años.
La competición será cerrada, sin ascensos ni descensos, con la intención de disputar en torno a 40 partidos durante la temporada. Los posibles cambios afectarían a clubes que se integren en la Liga Profesional, con ascensos a Segunda División, o los que desciendan a Tercera. Según los primeros estudios, los equipos que tomen parte en esta Liga de filiales se distribuirían en tres grupos, por proximidad geográfica.
Uno de los objetivos de esta nueva competición es evitar que pueda adulterarse la actual competición liguera de Segunda, con cambios de campos según los partidos y de demasiadas variaciones en los jugadores que se incorporan a los primeros equipos, potenciando o despotenciando a los filiales con diferentes rivales. Es el caso del Sevilla Atlético, que podría dejar una vacante en Segunda, lo que afectaría a la lista de descensos, aspecto que deberá analizar la asamblea del fútbol en julio.
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