EFE
Mérida
La U.D. Lanzarote suma cinco jornadas sin conocer la derrota después de empatar en Mérida en un partido extraño y cambiante en el que pudo ganar cualquiera de los dos equipos y en el que debutaron en los canarios el portero Miguel, Francis, Oswaldo y Derwin, procedentes de la Primera Regional.
Los canarios, que llegaban además con dos sancionados, jugaron más de 50 minutos con superioridad numérica debido a una rigurosa decisión arbitral, al expulsar a Samir por una falta junto a la frontal del área cuando era el último hombre.
Una acción mucho más clara en la segunda parte sobre Magallanes, en el mismo sitio, ni siquiera fuera señalada por el colegiado, que mostró demasiadas tarjetas en un partido bastante limpio y que tras esta falta no señalada puso al público definitivamente en su contra.
El primer cuarto hora fue un monólogo del equipo emeritense, que contó con numerosas ocasiones de gol, protagonizadas por Víctor Bravo y Sabino, que no se materializaron gracias a las intervenciones del guardameta canario, el mejor de su equipo, y la escasa puntería de los romanos.
El uruguayo Magallanes sí acertó con la portería. Tras un pase de Sabino, disparó primero con su pierna buena, la izquierda, y en un segundo remate con la derecha, con bote incluido, elevó el 1-0 en el marcador.
A pesar de su superioridad, los emeritenses se fueron relajando y, aunque siguieron contando con ocasiones para aumentar la diferencia, no terminaron de sentenciar el partido y de iniciar la goleada que se intuía.
El equipo rojillo, que había estado atrincherado atrás, encontró su oportunidad en una jugada aislada en la recta final de la primera parte, cuando Toñito provocó la expulsión de Samir después de una arrancada a la contra junto a Jonathan Torres.
A partir de este momento llegaron las ocasiones para los visitantes, mientras que el Mérida retrasaba línea y adoptaba una actitud más estática.
Al minuto de la reanudación llegó el empate, al peinar Oscar Martín una falta cometida por los romanos.
El Mérida U.D. sufrió la ofensiva de los canarios, que contrarrestó con las ocasiones de Magallanes y Sabino, pero ya con un fútbol más directo y con menos acompañamiento del centro del campo y las bandas.
Milojevic decidió cambiar de estrategia y optó por hacer cambios más ofensivos, con la entrada de Ismael, uno de los habituales titulares, y Machicado.
El encuentro estuvo a punto decantarse a favor de los conejeros en una oleada con varias llegadas, con un disparo que se colaba tras desviar su trayectoria la zaga local y, sobre todo, en una gran jugada de Maciot (minuto 38) que acabó en el larguero después de una gran intervención del meta local a media salida.
Todavía hubo tiempo para otra clara opción de gol, pero de los romanos, en el descuento.
Una buen combinación de los locales dejó completamente sólo a Ismael ante el portero, que una vez más salvó a su equipo en una acción a bocajarro.
El resultado representa un paso atrás para el equipo extremeño en sus opciones de estar entre los cuatro primeros, mientras que el remozado Lanzarote suma un punto de oro y da un gran salto anímico, ya que sus jóvenes futbolistas, en la segunda parte, dejaron una buena imagen.
-Ficha Técnica
1-Mérida: Garavano; Troyano, Samir, Debris, Jesule; Xabi Moro (Machicado, m.81), Xus Bravo, Víctor Bravo (Ismael, m.72), Jandro (Stoeten, m.55); Sabino y Magallanes.
1-Lanzarote: Miguel; Derwin, µngel Gil, Rubén Rodríguez, Francis, Jonathan Torres; Vladimir, Oswaldo, Oscar Martín (Ayoze I, m. 58), Maciot; Toñito (Roberto, m.77).
Goles: 1-0, m.13: Magallanes. 1-1, m.46: Oscar Martín
Árbitro: Miguel Sánchez-Seco Otero, del Comité madrileño. Amonestó a los locales Debris, Sabino y a su entrenador, Goran Milojevic, y mostró roja directa a Samir (min,39); los visitantes Toñito y Oswaldo vieron la amarilla.
Incidencias: Partido disputado en el Estadio Romano de Mérida correspondiente a la décimo novena jornada de la Liga de Segunda División B ante unos 1.200 espectadores y televisado por Canal Extremadura TV. Terreno de juego en malas condiciones. Se guardó un minuto de silencio por la muerte de un aficionado local.
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