sábado, 29 de marzo de 2008

EL BARCELONA SE DEJÓ REMONTAR ANTE EL BETIS Y SE ENCOMIENDA AL SEVILLA

EL BARCELONA SE DEJÓ REMONTAR ANTE EL BETIS Y SE ENCOMIENDA AL SEVILLA

Siesta azulgrana

JAIME RINCÓN La Liga en juego: Betis 3-2 Barcelona

De locura. Enésimo desastre del Barcelona. Otra oportunidad de presionar al líder tirada directamente a la basura. Los de Rijkaard cayeron en su visita al Ruiz de Lopera en un partido que tenían controlado y casi sentenciado. Del dominio abrumador y el 0-2 al 3-2 y la sorpresa. Un nuevo ejemplo de una Liga llena de despropósitos. Sólo así se explica lo visto en el campo andaluz.

Volvió a aparecer el Barcelona de las dos caras. El que domina, crea y define hizo acto de presencia en la primera mitad. Cuarenta y cinco minutos transformados en un monólogo de los de Rijkaard. Henry desbordaba, Bojan aparecía una y otra vez en cualquier parte del campo, y Valdés respiraba tranquilo. Quince minutos tardaron los azulgrana en plasmar su dominio en goles. Dos jugadas calcadas con diferentes protagonistas. En la primera, Xavi se asociaba con Etoo y éste se encontraba con el larguero. Bojan, en estado de gracia, hacía el resto. En la segunda, Iniesta encontraba la cabeza del camerunés, más rápido que su marca y que un desafortunado Casto.

Un Betis entregado

El Betis estaba muerto, Iniesta pudo hacer el tercero, incluso Abidal pudo sentenciar. Los culés llegaban por todos lados y de todas las maneras posibles. No llegaba a ser el Barcelona de las grandes noches pero se le aproximaba. Iniesta y Xavi campaban a sus anchas por la línea de tres cuartos y los de Chaparro no eran capaces ni de defender las acometidas azulgranas, ni de salir a la contra con un mínimo peligro.

Con este panorama ambos equipos se fueron al túnel de vestuarios. Estaba claro que el Betis saldría con otra actitud en la reanudación, quedaba por ver cómo respondería el Barcelona. Pero los de Rijkaard no salieron al verde del Ruiz de Lopera en el segundo acto. Al menos no se les vió. Algo de culpa la tuvo Chaparro, que dio con la tecla adecuada para reactivar la máquina verdiblanca. Sobis y Odonkor ejercieron de revulsivos y eso los andaluces lo notaron.

Pasividad azulgrana

Sin embargo, apareció el de siempre, y como casi siempre. Edu, de cabeza, a centro de Sobis recortaba distancias. Se apreciaban minutos de agobio para la zaga azulgrana. Sólo faltaba que acosaran a una línea que se tambalea con demasiada facilidad y a la que la falta contundencia de manera alarmante. Sólo Valdés trata de sostenerla, pero eso es insuficiente.

El portero del Barça salvó un mano a mano con Odonkor y se encaminaba a ser el salvador de la noche parando una pena máxima (más que dudosa) a Edu. No dio ni tiempo a digerir la hazaña. Juanito, aprovechando la hospitalidad azulgrana en su área, paró el cuero con el pecho y enganchó una precisa volea que establecía el empate. Antes de todo esto, Rijkaard observaba tranquilo la salida del terreno de juego de Bojan (el mejor de los suyos) por un inédito Giovani Dos Santos.

Edu confirma el desastre

La falta de coordinación táctica de los azulgrana volvió a hacer acto de presencia en el tercer tanto verdiblanco. Un balón perdido de Etoo en el área andaluza dejó a Edu, de manera incomprensible, en un mano a mano con Thuram. El brasileño optó por disparar y ahí se confirmó la debacle culé.

Demasiadas para un equipo que pretende aspirar al título liguero. Puede que pocas para un campeonato en el que los de arriba sufren lo indecible para sumar de tres en tres. Este domingo, en el Bernabéu, el Madrid puede ofrecer ante el Sevilla un nuevo ejemplo de ello. Pero ahí no estará el Barcelona para presionar a los blancos.

jaime.rincon@marca.com

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