Debutaba el equipo más laureado de la máxima competición europea en Zagreb ante el Dinamo, un conjunto que entraba en la fase de liguilla por la puerta de atrás después de dejar en la cuneta a Neftçi azerbaiyano, HJK Helsinki y Malmö, con la esperanza de consolidar el buen juego desplegado hasta el momento, tanto en liga como en la Supercopa de España, en la que a pesar de perder ante el FC Barcelona, dio muy buenas sensaciones el conjunto dirigido por Mourinho.
Era la primera vez que las dos entidades se cruzaban en la Champions League y el escenario parecía adecuado para que los blancos, de rojo esta vez, lograsen una nueva victoria con la que alegrar a sus esperanzados seguidores. Todas las figuras del Madrid estaban presentes, el rival era asequible a priori, ganas no faltaban y tan solo se esperaba que las mejores previsiones se cumplieran.
Primera parte en el estadio Maksimir
Y los buenos augurios parecían acertados, ya que el Real Madrid empleó el rodillo blanco a conciencia nada más comenzar el partido, con buenas ocasiones en los 10 primeros minutos, incluyendo un tiro al travesaño de Benzema, quien poco después lanzaba fuera una excelente ocasión tras jugada y asistencia de Ronaldo.
Con todo, y a pesar del claro dominio del equipo español en el centro del campo, el Dínamo no se conformaba con verlas venir y se arrimaba al área blanca con cierto peligro. Aun así la mejor ocasión era para el Madrid, en la que ni Di María ni Özil lograban perforar la meta croata merced a la actuación del portero local.
El Real no encuentra la manera de adelantarse
Y de portero a portero: Casillas lograba desbaratar la mejor ocasión del Dinamo ante un Rokavina que se había plantado solo ante él, en una serie de oportunidades para ambos bandos debidas a un juego que poco a poco devenía en un ir y venir que nada convenía a los intereses del equipo de la capital.
Así las cosas, con cero a cero en el marcador, se marchaban los 22 jugadores a los vestuarios y la sensación era de una cierta inquietud, ya que el dínamo se presentaba como un hueso duro de roer, muy espoleado por una grada que se había tomado muy en serio eso de estar en la Champions.
Reanudación del encuentro y gol del Real Madrid
La segunda parte comenzó con un Madrid decidido a acabar con las aspiraciones croatas, a fuerza de un mejor control en la medular, ralentizando el alto ritmo de la primera mitad y no tardó en encontrar premio del planteamiento: en el minuto 7, Di María culminaba una excelente jugada en la que intervinieron prácticamente todos los hombres de ataque del conjunto blanco, adelantándose en el marcador e imponiendo la lógica del talento sobre el césped.
A partir del uno a cero, el Madrid encontró más y mejor la senda hacia la meta croata, multitud de ocasiones que no dieron fruto, pero que lograron amedrentar al Zagreb, que ya no tenía la misma alegría que al principio del encuentro.
Recta final del Dinamo-Real Madrid
De todos modos, los de Concha Espina se bastaban solos para dar vida intermitentemente a los croatas a base de no rematar el partido y de fallos defensivo, por activa o por pasiva. La cosa se agravaba con una roja a Marcelo por segunda amonestación, tras considerar el colegiado que el madridista había fingido una caída en el área.
Esto propició que el conjunto madridista intentase enfriar el encuentro en los minutos finales ante un Zagreb superior en número pero inoperante en ataque, y que no consiguió inquietar al portero internacional realmente más que una u dos veces.
Al final, victoria trabajadísima del Real Madrid, que se llevó unos tres puntos de Zagreb que visto lo visto, saben a gloria eterna.
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