sábado, 25 de octubre de 2008

EDITORIAL: ¿LOS NUEVOS ESCLAVOS?

EDITORIAL: ¿LOS NUEVOS ESCLAVOS?
23.10.2008 19.00 de MAROGAR artículo leído 89 veces
Ya en la Grecia antigua el mismo Aristóteles sostenía que la esclavitud era un fenómeno natural. Del mismo modo que el economista liberal Lester Thurow considera que existe una relación recíproca entre capitalismo y esclavitud, aunque ésta sea totalmente incompatible con la democracia. En realidad, ser esclavo significa sufrir la reducción de su personalidad, de su libertad, de su capacidad de decidir… Por lo que fue controvertido, recientemente, que el presidente de la FIFA se atreviera a decir de los futbolistas que eran los “nuevos esclavos”. Sin matices, cuesta aceptarlo y creerlo cuando se refería a Cristiano Ronaldo el cual quería cambiar de club y no pudo porque tenía un contrato en vigor, aceptado por las partes, lo que impedía una transferencia entre 70 a 100 millones de euros; aparte de que el que tenía que vender no lo deseaba cualquiera que fuera la cifra ofrecida…

En la práctica, cada vez más el fútbol lo juegan los pobres y acaban pagándolo los ricos… La motivación de ser futbolista nace de la propia necesidad, de la miseria en la que su familia está sumergida. De hecho, los hijos de los ricos juegan a otras cosas y como mucho “regatean”… con los veleros de sus papás. Eso sí, ya no navegan con remeros a golpe de látigo. Por otra parte, el fútbol sirve para rescatar a muchos esclavos de las circunstancias, a muchos jóvenes con talento a los que este juego les puede servir como oportunidad de su vida cuando todo era desesperanza. Salir del pueblo, de la aldea, del país, a la búsqueda de un horizonte, de un futuro por delante… Los países africanos, los árabes, los latinoamericanos… ¡Qué más da…! La cuestión es que hay una posibilidad de rescate y eso lo ofrece un deporte cada vez más comercializado. En estos casos, el deporte rey por excelencia es un puente para la liberación de muchos jóvenes que pueden estar sumidos en algún tipo de esclavitud poderosa: pobreza, falta de trabajo, miseria, drogas, problemas con la justicia, etc. El fútbol también es motor de cambio, una industria que mueve mucho dinero… como otros deportes.

Vemos como la liga francesa, holandesa e inglesa, etc., en mayor o menor medida, están llenas de futbolistas que son hijos de emigrantes. Vemos a un Chelsea, en un barrio de ricos, con jugadores que provienen de las clases humildes de todo el planeta, por cierto cada vez alinean menos ingleses… Los mejores activos de los clubes no son bienes materiales sino personas. Quizás por donde viene el concepto de esclavitud es por la vía de “los derechos comerciales de jugadores jóvenes” con los que se mercadea numerosas veces en la vida activa sin que el propio jugador pueda decidir con libertad. Son transacciones poco decentes donde el comisionista de turno rota su mercancía para obtener buenos réditos, cuantas más veces mejor. Son esclavos de oro sobre todo porque el equipo que traspasa y el que compra suelen ponerse de acuerdo, previamente, y luego ya hacen participar al propio jugador. Éste, de hecho, debe renunciar sistemáticamente a su derecho de percibir el 15% del montante del traspaso.

Una antigua canción mejicana decía que “Aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión”. Y aunque las firmas de ropa deportiva inyecten liquidez, esto acaba pasando solo con unos pocos jugadores privilegiados, mientras que existen otros niveles de futbolistas que no llegan a cobrar lo convenido, donde la marginación, el mobbing y el incumplimiento de contratos también están a la orden del día. Además, una vez que reclaman lo suyo, aparecerán en todas las listas negras que los clubes de fútbol manejan a la hora de futuros contratos. Lo que conlleva la expulsión eterna del mercado. Y esto sí que es una esclavitud supina admitida y silenciada…

MAROGAR

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