EDITORIAL: "¿DIOS SELECCIONADOR...?
29.10.2008
Admiré a Maradona como futbolista. Me defraudó como persona. Todavía me sorprende con su clarividencia, en alguna ocasión, y me confunde con su confusión, bastantes veces. En muchas de sus manifestaciones, de sus expresiones, no lo puedo remediar, me pongo a la defensiva. No me explico sus diversos viajes a “Rarilandia” no se sabe muy bien a resolver qué asuntos… Su nombramiento como seleccionador argentino me ha vuelto a inquietar. Es una reacción instintiva, mi intuición no me ayuda por lo que no bendigo como buena esa decisión tanto para el fútbol como para los argentinos, ni para la gente que disfrutó de su fútbol… Y puede parecer que me contradigo cuando siempre he pensado que los que más saben deben transmitirnos sus conocimientos, que no se guarden lo que tienen ahí almacenado…Ya entrenó a dos equipos entre 1994 y 1995, su carrera como entrenador es casi inexistente, valiéndose de carné prestado porque él no tiene título oficial, no es entrenador de estudios y escuela… Su antiguo compañero Carlos Fren, de Argentinos Juniors, se lo prestaba. En 1994, tuvo su primera experiencia al mando del Mandiyú de Corrientes, y de doce partidos sólo ganó uno; empató seis y perdió cinco. Acabó renunciando al cargo. Un jugador que estuvo a sus órdenes (Guido Alvarenga) resume: “No sé si con él entrenamos, pero comimos unos asados…” La segunda experiencia no fue mucho mejor, con el Racing de Avellaneda, con una estadística de dos victorias, seis empates y tres derrotas en once partidos. También renunció. Poco después, en 1995, volvió a la cancha como futbolista y prometió que algún día entrenaría a la selección argentina. La estadística es bien mala, por cierto.
En esta ocasión contará con la ayuda de Bilardo. Llega a la Selección en un momento bueno si se refiere a que están aflorando excelentes jugadores, muy jóvenes, y Argentina puede hacer un excelente papel en cualquier competición; a pesar de la última derrota con la Selección chilena de Marcelo Bielsa que ha provocado la dimisión del último seleccionador. Sin embargo, muchos argentinos se muestran escépticos: “Que Dios (el otro) nos ayude aunque ese no sea argentino”. “Que Dios nos pille confesados”. “¿Qué cara pondrán los jugadores cuando les diga que se tienen que cuidar o que den el máximo en los entrenamientos…? “… Eso sí, espectáculo no faltará en la banda en los partidos de Argentina”.
Porque Maradona, como jugador de fútbol, era un dios para los argentinos y toda su aureola la puede perder como seleccionador. ¿Lo respetarán lo mismo que ahora? Hay pesimismo en bastantes manifestaciones de internautas… “Diego, le tomaste la leche al gato. Le robaste el puesto a Bianchi. Eso no se hace. Estás cambiado. ¿Dónde quedaron tus códigos?” “Que Maradona se calme y no se pelee con todos… ¿Era el tiempo de otro experimento?” “Grondona… no podes poner al que nos dejó fuera de un Mundial por drogas…” Me da miedo cuando la Selección argentina pierda, cuando haya una duda con el árbitro, cuando se emborrache de nuevo en el éxito o quede ensimismado por las derrotas y pueda desestabilizarse, de nuevo, emocionalmente. ¿Otra vez, entonces, tendríamos un nuevo juguete roto…?
Estaremos muy atentos. Ojalá nos equivoquemos los escépticos. El dios Maradona, para mí, debió quedarse en su paraíso particular… ¡Allí lo adoramos todavía! ¿Y mañana…?
MAROGAR (30 Octubre 2008)
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