ALEJANDRO SE DESPIDE DEL “UNI” CON LAGRIMAS Y VICTORIA
Las lágrimas del pequeño gladiador luanquín se fusionaron con los emotivos aplausos de una afición que se volcó con un equipo que se consolida en la segunda posición de la tabla a sólo un punto del líder, el Deportivo B. A pesar de la ausencia de Toni Cruz en el banquillo del Villa (el preparador insular cumplía su segundo encuentro de sanción por los acontecimientos ocurridos en el pasado duelo contra el Celta B), el conjunto satauteño asumió con, férrea disciplina, las consignas defensivas impuestas por la pizarra blanquiverde.
Recuperado Ángel Rodríguez para esta contingencia, los visitantes consiguieron ahogar el doble pivote estudiantil desde el primer minuto, focalizando su control en Álex Santana, su principal catalizador desde la retaguardia. En esa tesitura, los pupilos de Tino Luis Cabrera se veían obligados a emplear un fútbol mas vertical, renunciando para ello al juego de elaboración en el centro del campo.
Sin embargo, si algo ha aprendido este Universidad con respecto al año pasado, es a moverse como pez en el agua en el juego al contragolpe, un dogma alternativo que ha sabido asimilar en el presente ejercicio. La muestra más palpable de ello fue el primer gol con el que abrió el marcador el conjunto capitalino, firmado por el oportunismo de un Alejandro (1-0, min. 16) que selló a bocajarro un rechace de Alberto.
A partir de ahí, el Villa tomó la iniciativa, desplegando todo su arsenal ofensivo en efervescentes transiciones. Sin embargo, los satauteños exhibieron sus carencias en el área grande, y ante la ausencia de Gustavo, las cuantiosas ocasiones generadas por Ruymán, Ángel Rodríguez y Dudi acababan pereciendo en las manos de un más que solvente Santi Lampón.
Mazazo. Fue entonces cuando sacó a relucir Ángel Sánchez el primer destello de su inventario futbolístico. El centrocampista, arrancando desde el más absoluto de los anonimatos, acaparó la atención de Pepe Gonçalves con un milimétrico pase a Ángel Luis, que en su particular mano a mano con Javi Ortega certificó el segundo gol con un tiro raso y ajustado al palo izquierdo (2-0, min. 34) De nuevo, gol del Universidad, que permitió abrir la maraña defensiva del Villa antes de llegar al descanso.
Con el objetivo de revertir la situación, Cruz decidió acelerar los cambios, y nada más comenzar la segunda parte, Juanma y Rosmen saltaron al sintético de la Avenida Escaleritas en sustitución de Leroy e Israel. El partido empezaba a abrirse en pos de un fútbol netamente ofensivo.
Y en esas lides volvió a reivindicarse Ángel Sánchez, que con su fino borceguí marcó el tercero con un golpe franco ejecutado desde la banda derecha (3-0, min. 58). De poco sirvió el penalti transformado por Pablo en los últimos compases del encuentro, salvo para maquillar un resultado muy engañoso para el juego desarrollando ayer en el Pepe Gonçalves.
DANIEL HERRERA
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