sábado, 6 de diciembre de 2008

Plataforma Salvemos el Insular

Plataforma Salvemos el Insular


Después de cinco años alejados del recinto de Ciudad Jardín, el Estadio Insular, ha nacido una plataforma para preservar y defender los muros de un edificio tan emblemático para la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. El objetivo es claro,
¡SALVAR EL INSULAR!


Nuestras intenciones no representan a un puñado de melancólicos e ilusos, sino a una gran masa de aficionados que están de nuestro lado para recuperar un patrimonio histórico y además la ilusión perdida tras el traslado del equipo representativo de esta isla al gélido y extraño Estadio de Gran Canaria. Creemos que la recuperación del Estadio Insular para que la Unión Deportiva Las Palmas vuelva a disputar sus partidos oficiales en él, es algo posible.

Posible, pero no sin la ayuda y colaboración de todos los aficionados, que no somos pocos, y de todos aquellos colectivos que quieran adherirse a esta causa, no olvidemos que la unión hace la fuerza, necesitamos la misma unión que consiguió en su día nuestra Unión Deportiva Las Palmas para fundarse.

Nuestros motivos son más que evidentes, sólo nos han hecho falta unos años en el Estadio de Gran Canaria (concretamente cinco), para reflexionar sobre los cambios que a supuesto el traslado de la Unión Deportiva Las Palmas del Estadio Insular al Estadio de Gran Canaria, y no solo del equipo sino del aficionado.

Puede que la vuelta al Estadio Insular para algunas personas supongan un auténtico disparate, somos conscientes de que el procedimiento para rehabilitar el estadio es difícil, pero no va a ser motivo para “enterrar el hacha”. Difícil sí, pero no imposible.

El auténtico disparate en esta cuestión ha sido la construcción del Estadio de Gran Canaria, pero no el hecho en sí de haberlo construido, sino la forma, o sea, la gran chapuza de proyecto sin terminar que hoy día podemos apreciar cuando nos acercamos a Siete Palmas.

Allá por mediados de los 90, el Estadio Insular parecía quedarse pequeño, sumando a esto un gran crecimiento demográfico de la ciudad. Las necesidades para albergar la gran demanda de aficionados que asistían cada quince días al Estadio Insular derivaron en un proyecto para construir un nuevo estadio, una nueva “casa amarilla”.

Sin duda esto ilusionó verdaderamente a los aficionados, coincidiendo con una buena etapa en el ámbito deportivo que auguraba el retorno a Primera División.

En el año 1997 sale a la luz el primer proyecto del Estadio de Gran Canaria, el cual desde entonces se ha cambiado hasta tres veces. El Cabildo de Gran Canaria ha planteado desde una macrociudad deportiva para una docena larga de modalidades, hasta la ubicación allí del Palacio Municipal que el Ayuntamiento de la capital proyectaba hasta ahora en el barranco de La Ballena, pasando por la Ciudad del Agua que la nueva corporación insular parece tener descartada. Mientras, el terreno sigue inhóspito a la espera de un proyecto definitivo

El proyecto cambió tres veces pero en él lo que no cambiaban eran unas dichosas pistas de atletismo que no convencían a nadie.

Sin embargo el Sr. Gonzalo Angulo (Consejero de Deportes de esa legislatura por Coalición Canaria) se defendía de esas críticas anunciando que las polémicas pistas servirían para albergar en un futuro eventos de atletismo de alto nivel nacional e internacional. Hasta hoy para lo único que han servido, ha sido para ver a unos cochecitos dando vueltas alrededor de las pistas, ver como se pasean los camiones de una empresa de muebles, y lo más grave, alejar el aliento de los aficionados hacia su equipo. Además a esto debemos agregar que esa lejanía de las pistas se han traducido en un “enfriamiento” del aficionado, ya no solo por la lejanía de las gradas al terreno de juego sino también por el frío que se produce en éste, debido a que la cara norte del estadio (Grada Naciente) esta abierta casi en su totalidad, produciéndose unas condiciones climatológicas ínfimas para el aficionado que acuda a presenciar un espectáculo deportivo, ya sea fútbol o atletismo. A esto podemos sumar que el Estadio de Gran Canaria, pese a ser un estadio del siglo XXI, presenta grandes deficiencias de equipamiento y accesibilidad, buenos ejemplos son las enormes colas que se producen antes y después de cada partido, o el hecho de que si un aficionado se sienta en la parte baja de la Grada Curva, para poder salir del recinto tiene que ascender una infinidad de escalones hasta llegar a la parte alta del mismo. En caso de una posible evacuación, la seguridad no esta garantizada.

En fin, que la realidad de aquella “nueva casa amarilla” es hoy un estadio en obras, frío, gris, alejado del aficionado, al lado de un cementerio , con un “parking” de tierra y sin nada de lo que nos prometieron en su día. Las preguntas ahora son: ¿Dónde están aquellos gimnasios y piscinas para el disfrute de todos los ciudadanos de Gran Canaria? Y mucho más preocupante aún ¿Dónde están los casi 70 millones de euros que “supuestamente” ha costado esta obra sin acabar?.

Todo esto podemos agradecérselo al señor Gonzalo Angulo (CC) como consejero de Deportes del Cabildo de la época y a doña María Eugenia Márquez (PP) Presidenta del mismo. El resultado a todo esto es una afición descontenta, decepcionada y engañada, a la que se le ha condenado a presenciar los partidos de la Unión Deportiva Las Palmas tras un amplio espacio ocupado por unas inservibles pistas de atletismo sin homologar en el que hace un frío invernal durante todo el año, enfriando a los aficionados y los ánimos de los mismos, que prefieren presenciar el partido cómodos y calentitos en casa, hecho que deja vacío el estadio, pues casi no se llega ni al 50% del aforo en la mayoría de los partidos oficiales.

Nuestro cometido ahora no es buscar responsables a toda esta chapuza, nuestras intenciones y por lo que nos movemos es por salvar el Estadio Insular, conseguir su remodelación y que la Unión Deportiva Las Palmas vuelva a jugar en él.

No queremos que se derrumbe el Estadio Insular, no queremos gato por liebre, abandonamos un edificio de orgullo para toda nuestra afición para “supuestamente” trasladarnos a un lugar mejor, y no ha sido así, rotundamente nos han engañado. El Estadio Insular es un emblema de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, en el cual se escribieron las páginas doradas de la historia del deporte canario. No olvidemos que por la magnífica alfombra del Insular desfilaron jugadores de talla mundial como Maradona, Kubala, Johan Cruyff, Di Estéfano, Zidane, Ronaldo, Rivaldo, Figo, o presenciamos un equipo campeón conformado por leyendas del futbol canario como Guedes, Tonono, Germán o Castellano, y más recientemente vimos emerger aquellas perlas con nombres como Juan Carlos Valerón, Jorge Larena, Manuel Pablo, Ángel, Guayre, Momo y la saga de los hermanos Castro. En esa casa del fútbol disfrutamos de 31 temporadas en la élite del futbol español, descensos, ascensos, y presenciamos como sucumbieron equipos de la talla del Valencia C.F. en la Copa del Rey cuando la Unión Deportiva Las Palmas militaba en 2ª División B.
Esto representa la importancia histórica de este patrimonio público, y como tal no queremos que se desprecie y se ignore, ni que se abandone (como se encuentra actualmente) ni mucho menos aún que se acabe con él. . El Teatro Pérez Galdós es un emblema histórico y cultural de esta ciudad y representa la personalidad de todos nuestros ciudadanos, el Insular transmite el mismo sentimiento, su remodelación es una necesidad para no dar la espalda a nuestro patrimonio. El Estadio Insular fue un gran punto de encuentro social de los ciudadanos de Gran Canaria, distintas generaciones se dieron lugar en este recinto, ya no sólo para los partidos de la UD Las Palmas, sino en él se escenificaron grandiosos momentos como el concierto de Joaquín Sabina, los primeros mítines de la democracia o las irónicas y humorísticas noches de nuestro Carnaval de manos de las murgas. Además el Estadio Insular contiene un gran valor arquitectónico, pues la fachada que linda con Pío XII, es uno de los poquísimos restos de arquitectura industrial de los años 40 que quedan en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

Así, existen argumentos no sólo de memoria histórica, sino también criterios puramente arquitectónicos que aconsejan el mantener ese edificio. Una ciudad pierde su carácter y su identidad, si no protege su patrimonio cultural, histórico y artístico y que tiene que ver con la cultura y con el modo de vida de una ciudad. Ese mismo modo de vida se ha transformado totalmente y se ha perdido el carácter de los aficionados amarillos, se ha perdido ese calor y esa pasión por el fútbol que antes habitaba en esta ciudad.

Por todo esto debemos sacudirnos de encima ese tópico que llevamos encima de “aplatanados” y luchemos por nuestro patrimonio, es el momento de que seamos el pueblo el que decida. Hemos sido nosotros los que durante casi 60 años hemos llenado las gradas del Estadio Insular, y queremos ser nosotros los que decidamos que hacer con nuestro estadio. Por eso ahora hagamos un esfuerzo para mantener nuestra casa; El Queridísimo Estadio Insular.




Comunicado realizado por Heriberto Padilla.

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