El Atlético vivió su noche más feliz en muchos años. Una jornada estival que será recordada para siempre por su afición. La noche en la que retornó a la elite internacional de la mejor de las maneras, con una goleada al Schalke en un encuentro vibrante, tenso, propio de la Liga de Campeones.
Once años y cinco meses habían transcurrido desde que el Atlético no se veía en una cita como ésta. Los rojiblancos tenían ante sí la misión de escribir la página más brillante de su historia reciente, la misma que le ha escatimado triunfos y alegrías, la que le llevó a Segunda división después de una intervención judicial.
Casi doce años de sinsabores, de decepciones, de otra vez será, hasta que llegó de nuevo la posibilidad de retornar a la elite, al gran escaparate europeo.
Y el crucial momento se dejó sentir en un Vicente Calderón abarrotado y esperanzado en el éxito. Ansioso de satisfacciones, de recuperar la grandeza.
También lo transmitieron los jugadores, sabedores del reto. Salieron los de Javier Aguirre revolucionados por esta circunstancia.
A pesar de los avisos y de los consejos de mantener la calma por encima de todo, no atisbó el Atlético en los primeros minutos las dosis necesarias. No pintaba bien para los locales, que andaban sobrados de ganas, pero faltos de cabeza para manejar un envite largo y abocado al sufrimiento.
El Schalke, por contra, estaba a lo suyo. Tenía el balón y lo movía con parsimonia en la parcela ancha. De una banda a otra y ponía el corazón de la grada en un puño con bolas aéreas.
A base de raza
El Atlético tiraba de raza y a base de ella fabricó el primer tanto. Después de que Maxi avisase con un tiro lejano al poco de comenzar el duelo, y de que el propio argentino estuviese a punto de anotar tras un pase de la muerte del checo Tomas Ujfalusi. Al rato, llegó el tanto del Kun Agüero, que provocó el delirio del Calderón.
El colombiano Luis Amaranto Perea, que en la jugada precedente había asistido a Diego Forlán para que éste estuviese al borde de la diana (su disparo fue despejado en la línea de gol por un defensor alemán), volvió a servir otro centro, esta vez a Agüero, que de cabeza puso el 1-0.
Era el minuto 19 y el Calderón se volvió loco gracias a su mejor valor: El argentino Agüero, que regresó el domingo de Pekín después de ganar la medalla de oro con su selección y no escatimó esfuerzos en busca del objetivo.
Tras el tanto, el instinto atlético se tornó conservador y el Schalke se encontró cómodo, con más posesión de balón. Fue cuando se pudo comprobar que los alemanes son muy vulnerables, perfectamente batibles, y que el sueño de estar en Champions era una realidad.
Vivió el Schalke de su delantero Kevin Kuranyi, muy sólo en ataque, y adoleció de agresividad y del suficiente talento en el centro del campo para crear más peligro que el de balón parado.
Y en esas, pudo Simao Sabrosa hacer el segundo en un perfecto contragolpe rojiblanco. El portugués disparó desde la banda izquierda suave y cruzado y el esférico tropezó en el poste.
Camino despejado
Salió el Atlético en el segundo acto a por el encuentro, y en el minuto 50 Forlán tradujo las ganas en gol. De nuevo el Kun, el mejor del partido, fue protagonista. El argentino robó un balón al borde del área de los alemanes y lo cedió a Forlán. El uruguayo completó la obra al irse de dos defensores y marcar de disparo cruzado.
2-0 y 40 minutos por delante. El Atlético estaba en Liga de campeones. El sueño estaba más cerca, pero quedaba mucha tarea y mucha tensión. Los nervios estaban a flor de piel, porque al Schalke no le quedaba otra que buscar un tanto salvador y cerca estuvo de lograrlo. Un tanto del rival estropeaba todo el trabajo y la fiesta local, y los últimos minutos fueron eternos para la grada.
Pudo Westermann echar el jarro de agua helada en el minuto 68, pero sólo estrelló el balón en el cuerpo de Leo Franco. Un suspiro de alivio atravesó un Calderón herido de pánico.
Quedaban 20 minutos y el Atlético sólo pensaba en resguardar su meta, en dejar pasar los minutos. Jugaban los rojiblancos con fuego y con el corazón de la afición, que premió a Maniche, indultado por Aguirre para el compromiso, con una sonora ovación cuando fue sustituido por Assuncao. El portugués se la ganó tras un buen partido.
El brasileño Rafinha, que también estuvo en los Juegos con su selección, dio aire fresco a su equipo en los minutos finales e hizo sufrir a la retaguardia del Atlético.
Cada minuto era una vida, ya con los locales cegados por conservar el tanteador, sin posesión y abocados a la tensión. Pero apareció de nuevo el Kun, en el mejor de los momentos, para exhibir el genio que lleva dentro. Jugada y pase a Luis Garcia y 3-0. Misión cumplida. El Atlético tocaba el cielo. Pero quedaba más. Maxi hizo el cuarto de penalti y inundó de alegría el recinto. Se abre para el Atlético un futuro esperanzador.
Ficha técnica
Atlético de Madrid (4)
Schalke 04 (0)
Atlético de Madrid: Leo Franco; Perea, Ujfalusi, Heitinga, Pernia; Raúl García; Maxi, Maniche (Assuncao, min. 71), Simao; Forlán (Luis García, min. 70) y Agüero
Schalke 04: Schober; Westermann, Howedes, Bordon, Pander; Ernst; Jones (Asamoah, min. 78), Kobiashvili (Rafinha, min. 65), Rakitic, Altintop; Kuranyi
Goles: 1-0, min. 19: Agüero, de cabeza. 2-0, min. 50: Forlán. 3-0, min. 81: Luis García. 4-0, min. 89: Maxi, de penalti.
Árbitro: Franck de Bleeckere (BEL). Enseñó tarjeta amarilla a Ernst, Jones, Altintop, Pernía, Maxi. Expulsó a Ernst en el m. 88.
Incidencias: Partido de vuelta de la eliminatoria previa de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Vicente Calderón de Madrid, que registró un lleno absoluto (55.000 espectadores). Asistieron al partido desde el palco, Vicente Del Bosque, seleccionador español; Fernando Hierro, director deportivo de FEF; Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte; Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español; y el ex futbolista Diego Armando Maradona. Se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de las víctimas del accidente aéreo ocurrido el pasado 20 de agosto y de los abonados del Atlético fallecidos la última temporada. Antes del encuentro, el Kun Agüero fue homenajeado por la medalla de oro conseguida con su selección en los Juegos de Pekín.
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