miércoles, 20 de agosto de 2008

Manuel Suárez presidente del UD. Vecindario y su adios doloroso

El máximo mandatario del conjunto santaluceño opta por la salida del club




Manuel Suárez presidente del UD. Vecindario y su adios doloroso

La anunciada marcha del presidente del UD. Vecindario en las últimas horas no ha cogido a muchos por sorpresa. Las exigencias de aquellos que presentaron el aval para salvar a la entidad de un hipotético descenso junto a la posición popular poco favorecedora han terminado de minar la poca moral del que fuera hasta hoy presidente del conjunto del sureste grancanario dejándolo en una compartimento estanco de poca repercusión social.

Pero siempre y a la hora de juzgar una trayectoria como la que ha afrontado Manolo Suárez en la entidad blanquinegra habría que calar en la justicia social para sacar valoraciones más objetivas. El máximo mandatario del conjunto santaluneño ha confirmardo en petit comité que se ha equivocado en su forma de manejar la entidad. La misma por la que ha luchado por su dignidad aportando mucho capital e hipotecando sus bienes para reflotar al club.

Junto a él su mejor apoyo: Roberto Rodriguez, vicepresidente de la entidad y presidente de la cadena de filiales y que a estas horas se ignora cual será su decisión final, aunque todo apunta a un abandono del club junto a quien ha sido hasta hoy su máximo mentor. Sinceramente creemos que no es la salida más acorde para quienes han luchado desde las entrañas de la entidad por llevar el nombre del UD. Vecindario a lo más alto del deporte canario y los aficionados del "Vecin", aquellos que han apoyado a la entidad a lo largo de su recorrido, son consciente del loable esfuerzo de ambos mandatarios.

Bien es verdad que los últimos seis meses en la trayectoria del club ha sido un caminar de muchas espinas. Promesas incumplidas de un presidente solo ante el peligro y ante el escaso apoyo empresarial y político, sobre todo para el primer equipo y mucha tensión como producto de esa inestabilidad que ha afectado a toda su cadena. Los impagos a los técnicos, monitores y preparadores físicos fue un lastre antipopular lo que unido al devenir con la primera plantilla también con sus deudas a cuestas, terminó en un cuello de botella y una salida por la puerta de atrás, a pesar del denodado esfuerzo de Suárez por hacer llegar a la masa empresarial de la isla las posibilidades de la entidad con una inyección económica y el consiguiente reflotamiento del club.

A pesar de detener la desaparición de la entidad, el hasta hoy presidente, no ha podido soportar las enormes presiones de aquellos que han solicitado su marcha como condición indispensable para entrar en la entidad con los avales pertinentes y hacer un majo y limpio en las estructuras del club. Suárez es consciente que ha cometido errores de gran magnitud con contrataciones de dudosa rentabilidad y que ha significado un verdadero saco sin fondo de inyección de capital para sostener la imágen del club, deteriorada con el paso de las semanas y con poco atractivo social.

Su "ausencia" física de los últimos tiempos indujo a una serie de cábalas que el tiempo, ese juez inexorable, ha sentenciado. Del presidente saliente nos quedamos con ese amor hacia el club de quien lo ha dado todo, o casi todo. Con sus errores y con sus aciertos, con su alegría y su tristeza. En este deporte llamado fútbol, al igual que otros, si no estás preparado para lidiar los embates de la realidad cotidiana puede tener golpes de teatro de consecuencias personales incalculables. Es muy ingrato una salida por una puerta no correspondida. Y sabemos que, poner dinero en el deporte, tiene el riesgo de tener como respuesta este tipo de consecuencias porque el vil metal no tiene sentimiento. En esta caso podemos decir que el fútbol es malagradecido para quien ha aportado más de lo que le ha dado y el aficionado sureño de a pié está en débito para quien ha luchado de forma titánica por dignificar el nombre del municipio a través de su equipo representativo.

La llegada de una nueva junta gestora provocará nuevas elecciones y nombramientos en todas sus estructuras. De por medio una gran labor social y deportiva a desarrollar pero siempre recalcamos que el mayor valor del club al igual que el resto, es la cantera. Esa fuente inagotable de jovenes que anhelan llegar al primer equipo como fruto de un trabajo de años en todas sus categorías. El mismo tiempo que han estado los que se van, derrochando horas de imaginación y restando tiempo a su familia para tener como resultado final una salida poco gratificante.

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