sábado, 16 de agosto de 2008

EDITORIAL: "SIMPLEZAS QUE GANAN, O PIERDEN, PARTIDOS"

EDITORIAL: "SIMPLEZAS QUE GANAN, O PIERDEN, PARTIDOS"

15.08.2008 13.30 de MAROGAR

Últimamente los entrenadores ponen demasiado énfasis en decir que los partidos de fútbol “se ganan o pierden por los pequeños detalles”… Tampoco son demasiado explícitos en enseñarnos en qué consisten cuando, en general, más bien parece que los partidos, las Ligas, se ganan más bien por las grandes plantillas, por el dominio de los grandes conceptos, por la eficiencia en las grandes decisiones de sus figuras. Aunque es verdad que “los detalles” suelen ser guindas del pastel, complementos de un conjunto pero no son cuestiones fundamentales. Por eso no puedo compartir la opinión generalizada de que los “detalles” sean la llave que abren los buenos resultados y sean un fin en si mismos. Del mismo modo que no puedo entender, por ejemplo, cómo las personas que observan la fachada de la Universidad de Salamanca dejen de admirar toda la maravillosa joya plateresca simplemente por el afán de localizar el detalle de la rana…

Ya plasmamos en el artículo sobre “El otro fútbol” diversas sutilezas con las que se llegan a ganar partidos. O también perderlos. Igual que existen muchos protagonistas en los partidos de fútbol que, después de una derrota, se suelen quejar de “ciertos detalles” y aseguran, finalmente, que no han sido inferiores a su rival. Tampoco oímos la aceptación de la inferioridad de alguien en una contienda, mientras se alude a la “mala suerte”, a una jugada concreta cuya culpabilidad es de alguien ajeno a él mismo, a una decisión equivocada del árbitro, a un bote falso del balón, a un penalti dudoso o a un desgraciado rechace que, Dios sabrá, favoreció al contrario…

Es el fútbol de las pequeñas cosas, de los detalles, de las pequeñas simplezas que pueden valer partidos con cuestiones casi baladíes… Declaraba el entrenador del Atlético Madrid, Sr. Aguirre, por otra parte siempre un hombre muy ponderado, en la temporada 2006/2007: “Nos falta tiempo y cuidar los pequeños detalles para aspirar a ser un equipo de alto nivel… Estamos creciendo, hay grandes individualidades y esfuerzos y una actitud ejemplar, pero nos falta para ser un gran equipo de fútbol… Falta tiempo, entrenamientos, estructura futbolística en el terreno de juego, cosas que se logran con el tiempo… Es muy difícil que en seis o siete meses seas una maquinita… Nos está faltando cuidar los pequeños detalles para aspirar a ser un equipo de alto nivel”. Claro que, leyendo el contexto, se hablan de cuestiones sustanciales y no de meros detalles… ¿Es una simpleza que a un equipo le falte estructura futbolística en el terreno de juego? Nosotros hablamos de otras cuestiones menores…

Es curioso que los que suelen ganar los partidos siempre lo hacen en mayor proporción que los que los pierden; por lo que “los detalles” favorecen a los mismos y perjudican siempre a los perdedores… Hemos oído hasta la saciedad que se juega igual que se entrena, por lo que me pregunto ¿Por qué no se entrenan “los detalles”? Ahora bien, también hay que concretar ¿Y cuáles son esos detalles ganadores? Podríamos recurrir a Voltaire cuando reflexionaba: “No hay guerrero, por bien armado que esté, al que no pueda encontrársele el lado flaco…” Una muestra real; leemos una crónica de El País, del 7 de mayo de 2008, firmada por Javier Pérez. Veamos una síntesis: “Recreativo 0 – Villarreral 2.- Nihat y dos detalles: El ansia no es buena compañera de viaje. No en el fútbol. La necesidad puede dar fuerzas, pero no siempre claridad. El Recreativo puso las mejores intenciones, por momentos buenas formas, y dispuso de varias ocasiones claras. Y no tuvo lucidez para definir. Sí la tuvo el Villarreal, al que le bastó medio periodo, un par de destellos y dos intervenciones magistrales de Diego López para desequilibrar el marcador y dejar al Recre a las puertas del descenso…”

Ya decíamos antes que es fácil equivocar el todo con las partes. Para muestra un nuevo botón sobre esta confusión: “A la Real le ha pasado de todo por no dominar los detalles… La Real perdió ayer por dos detalles en su área, dos errores de peso de su portero. Claudio Bravo, que tuvo una actuación garrafal regaló dos goles al Madrid, que juega bien, regular, mal o muy mal pero nunca perdona…” ¿Pequeños detalles generan actuaciones garrafales? ¿Por qué no llamamos a las cosas por su nombre? A las pruebas me remito: “En esa acción, le opuso a Beckham una barrera de dos hombres y ofreció toda la portería a una pierna derecha que es más que un detalle. El inglés puso el balón donde quiso. Gol. Un fallo, un detalle…” Nuevamente un relato donde se confunden el bosque y los árboles… Por eso es preciso apuntar algunas cuestiones menores que forman parte de estas sutilezas que quiero relatarles.

¿Recuerdan la cantidad de veces que se sacan “fueras de banda” y que el jugador que lanza la pelota no recibe un marcaje directo? Con tal distracción del equipo defensor, el balón le es devuelto y sale jugándolo de frente y sin oposición. Algo tan elemental ocurre todos los domingos, en todos los partidos… Y otro ejemplo práctico, ¿Han contado las veces que se saca un corner entre dos jugadores y el equipo contrario sólo envía a un defensor? Con lo que, inmediatamente, le hacen una jugada de “dos contra uno” que pone en peligro su portería. Todas estas pequeñeces forman parte de la táctica menos florida de un partido de fútbol, quizás se refieren algunos entrenadores a estos “detalles” cuando solicitan de sus jugadores la máxima concentración. Se olvidan cosas muy elementales en un partido de fútbol como una gorra visera para el portero puesto que en un momento determinado puede recibir el sol de frente y perjudicarle para recibir un gol innecesario.

También están de actualidad las cesiones al portero donde debería estar recomendado echar el balón en dirección a la portería, entre los tres palos, porque en caso de fallo del portero no se produzca un gol involuntario. Por lo menos, cediéndole fuera del marco el balón se iría a saque de esquina si el portero no acertase a despejar…Del mismo modo que, aunque parezca mentira, hubo soluciones desleales que algún jugador ha sufrido en algún momento, como que otro jugador te eche tierra a los ojos, recibas un “escupitajo”, sin olvidarnos de otras muchas veces que algún jugador utilizó alfileres en las refriegas de los córneres, dar pisotones a los porteros o sujetar por los pantalones en el momento del salto a despejar los centros de faltas y córneres…

Famosa es aquella imagen del entrenador Bilardo, cuando entrenó al Sevilla: “Al enemigo ni agua. Pisálo, pisálo…”… Todo un ganador de un Campeonato Mundial con Argentina haciendo ostentación desaforada de antideportividad. Hasta el mismo Maradona ha llegado a declarar que en un partido le dieron agua “contaminada” a un jugador brasileño que tenía diluida alguna sustancia tranquilizante hasta el punto que se dormían o les restaba energías. No está tan lejano en el tiempo cuando en el café que se distribuía en casetas, les echaban coñac, o aguardiente, o quién sabe qué otras cosas… Se sabe de entrenadores, incluso en el fútbol infantil, que mojaba los balones en la ducha para que pesaran muy por encima de su peso autorizado. Chiquilladas de éstas, a cientos…

Siempre he pensado que nos cuesta aceptar las virtudes de los contrarios y nos ponemos el cilicio con nuestras limitaciones. Podríamos ampliar con otras muchas declaraciones y reacciones después de los partidos por parte de muchos entrenadores y jugadores. Pero también me he mostrado muy crítico con los entrenadores si no nos explican lo principal de lo secundario, que pretendan engañarnos al no distinguir el todo y las partes. Ha llegado el momento de que nos aclaren de una vez a qué detalles se refieren y así aprendemos todos un poco más de qué va todo esto…

MAROGAR (Agosto 2008) ESFUTBOL.NET


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