sábado, 14 de febrero de 2009

El Marino se mostró conservador cuando pudo sentenciar


El Marino se mostró conservador cuando pudo sentenciar

El Schamann, como dice el refrán, empata en el último minuto y de penalti

El primer equipo de la AD Huracán, en su pelea por evitar el regreso a la Preferente, logró un importante punto ante el Marino. La forma de conseguirlo "trajo tela": ocurrió en el minuto noventa y gracias a una pena máxima muy discutida.

C.D./Las Palmas de Gran Canaria

La formación tinerfeña empezó ganando el partido antes de que empezase, con el sorteo: eligió campo, comenzó a jugar a favor de viento y en los cinco primeros minutos dio tres zarpazos con Ciani como protagonista en todos ellos.

En el primer intento, su disparo de falta lo rechazó muy bien Santi Calvo; en el segundo, su remate de chilena lo punteó el veterano guardameta antes de que lo repeliese el larguero; y en el tercero, de nuevo de libre directo, coló la pelota por la escuadra derecha, un golazo de los que no abundan en esta categoría.

Con esa tempranera desventaja, el conjunto grancanario llevó la iniciativa, pero cayó una vez más en su sino de toda la temporada: elabora bien, llega con cierta fluidez a la zona de tres cuartos, pero carece de remate; de hecho, sus primeros disparos fueron en los minutos 31 y 36, y sólo el segundo -un cabezazo bombeado de Vicente, sencillo para Pol-, fue dirigido entre los tres palos.

En la segunda parte, Jonás, ante de ser sustituido, lanzó una falta y el balón buscaba la escuadra, pero Pol intervino por primera vez en el partido para despejar a córner. Después, una dura entrada a Javi Martel -cedido por la UD Las Palmas al equipo tinerfeño- desencadenó una fuerte discusión en la grada que no pasó a mayores.

La entrada de Fernando dio algo más de luz a los locales ante un Marino ya conformista con su ventaja; un intento suyo de vaselina lo detuvo Pol, y luego dio un pase a Vitolo dentro del área, pero éste estuvo muy lento y se dejó arrebatar el balón por un defensa.

Al final, el Marino pagó su exceso de confianza con un penalti decretado por el árbitro tras consultar con un asistente -primero señaló libre directo-, por derribo de Javi Martel a Julio; Málaga lo convirtió de fuerte disparo. Los tinerfeños se quedaron con nueve por sus protestas, pero los locales no lo supieron aprovechar.

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