domingo, 7 de septiembre de 2008

El Villa volvió a ganar en casa seis meses después

Yeray intenta lanzar a puerta ante el Navalcarnero.

Empieza a hacerse fuerte en el Guiniguada. El Villa Santa Brígida es consciente de que los cimientos de la permanencia se ponen en casa. Hoy, seis meses después de su último éxito local, volvió a ganar; y lo hizo justamente, aunque con un 3-0 que no debe llevar a engaño, porque su rival fue mejor de lo que indica ese contundente marcador.

Los madrileños, probablemente, cometieron el pecado de plantear el partido a pecho descubierto. Es un rival no muy al uso en esta categoría, donde muchas veces se hace más y se obtiene más rédito sin exhibir tanto fútbol. Así de extraño, pero el pragmatismo -los puntos- obliga.

El conjunto satauteño, en el estreno liguero ante sus aficionados -escasos en esta ocasión-, agradó, pero sin obviar que las circunstancias del partido le favorecieron en todo momento: se adelantó en el marcador, se vio con superioridad numérica, marcó pronto el 2-0 y sentenció con un penalti dudoso. Por ello, su primer triunfo hay que alejarlo de la euforia.

El planteamiento ofensivo del Navalcarnero ayudó a que se viese un encuentro entretenido, impropio de esta división. El alto ritmo, la velocidad del balón y las amenazas en ambas porterías fueron una constante. Y en escenario, el ganador sería -como en el boxeo- el equipo que más pegada demostrase; y ése fue el verdiblanco.

No lo demostró Álex Castro en la primera ocasión, en el minuto 4, cuando recibió al borde del área en ventaja e intentó colocar el balón en una escuadra con su pierna izquierda -la menos buena-.

Pero el grancanario se resarció en el minuto 20 con un excelente pase en profundidad a Jonathan Carril. El ariete gallego ejerció como tal, rompió la defensa adelantada y ante la tardía salida de Escribano resolvió con clase, picándole el balón con tanta sutileza como incertidumbre. El Villa "encarrilaba" su triunfo.

Los amarillos nunca le perdieron la cara al partido. Ni el marcador en contra frenó su ímpetu. Gonzalo fue siempre una amenaza por la derecha, y en el ataque, el grancanario Rayco demostró su habilidad.

El Villa tampoco se quedó atrás. El verse con ventaja en el marcador reforzó su fútbol, rápido por las bandas -sobre todo la izquierda, con Abraham-. Y en el centro de la cancha compensa su caudal ofensivo con el veterano Ángel Rodríguez -la prolongación del entrenador en el campo-, quien derrocha oficio.

El Navalcarnero amenazó siempre que tuvo el balón, llegó con cierta claridad a la frontal del área, pero le faltó contundencia. Y cuando se decidió a probar la suerte de los disparos lejanos, nunca sorprendió a Lisandro, muy seguro toda la mañana. El poste también le echó una mano que no tuvo para repeler un tiro de Redondo en el minuto 42. "Se puede", se decían los futbolistas madrileños.

Pero tras el descanso, la tarjeta roja a Víctor Blanco -por una dura entrada a Suso Ruano- comenzó a inclinar el partido del lado satauteño. El entrenador visitante, en un gesto valiente, no suplió al centrocampista expulsado y de esa vacante en la zona de creación se aprovechó el Villa para sentenciar.

Santi Calvo sustituyó al lanzaroteño Marcos Cabrera por Pereyra, y el argentino, tres minutos después de debutar, mató el partido al cazar un balón que no supo despejar la defensa madrileña tras un saque de esquina.

Con el choque ya muy desnivelado, al conjunto grancanario le fue suficiente con aprovechar los espacios y salir al contragolpe. En uno de ellos, Leroy entró en el área por la izquierda, sintió la leve carga de Tomás, se fue al suelo y el árbitro concedió el penalti. µngel Rodríguez, al 'estilo Panenka', se gustó en el 3-0 (¿lo hubiese lanzado así con el marcador igualado?).

Quedaban más de veinte minutos y el Navalcarnero no se rindió. A poco del final, àscar se lesionó solo en una rodilla y su equipo acabó con nueve; aún así, Rayco pudo marcar de tiro cruzado en el tiempo añadido, pero no era el mejor día de los madrileños para dejar de fumar.

Ficha técnica:

3. UD Villa Santa Brígida: Lisandro; Carreño, Jeffrey, Suso Ruano, Yeray Ortega; Ángel Rodríguez; Álex Castro, Marcos Cabrera (Pereyra, min. 55), Abraham (Carlos Rojas, min. 77); Borja Lafuerza; y Jonathan Carril (Leroy, min. 55).

Entrenador: Santi Calvo.

0. Club Deportivo Artístico Navalcarnero: Escribano; Jorge, Tomás, Chiqui, Álvaro; Beto (Rodri, min. 75); Gonzalo (àscar, min. 72), Víctor Blanco, Valentín; Redondo (Borja Truchado, min. 61) y Rayco.

Entrenador: José Manuel Díaz.

Goles: 1-0, min. 20: Jonathan Carril eleva el balón sobre la salida del portero. 2-0, min. 58: Pereyra, de duro disparo dentro del área. 3-0, min. 68: Ángel Rodríguez, de penalti.

Árbitro: Juan Manuel Bernal Moreno, del Comité Valenciano. Expulsó con tarjeta roja directa al visitante Víctor Blanco (min. 50) por juego brusco. Además, mostró cartulina amarilla a sus compañeros Jorge (min. 59) y Rayco (min. 66), y al local Suso Ruano (min. 59).

Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada del Grupo II de la Segunda división B de fútbol, disputado en el Estadio Municipal del Guiniguada ante una floja entrada, poco más de un centenar de espectadores. El Navalcarnero cambió su habitual equipaje rojiblanco por uno completamente amarillo.

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