David evita la derrota del Vecindario

El joven guardameta sureño abortó hasta cinco claras ocasiones de gol del Sporting de Gijón B

LA PROVINCIA.ES

El joven arquero del Vecindario, David Álamo (de verde), fue el artífice del empate. i JUAN CARLOS CASTRO

MARCELINO SUÁREZ
SANTA LUCÍA DE TIRAJANA
Al Vecindario se le apareció ayer la estrella de David para evitar retornar a la senda de las derrotas. Apellidado Álamo, el joven guardameta se convirtió en ángel salvador de un conjunto sureño que ofreció uno de los peores encuentros de los últimos tiempos. El portero surgido de la cantera del club sureño, con sus intervenciones providenciales, abortó cinco claras ocasiones del Sporting B, que dominó durante casi todo el encuentro y que mereció llevarse los tres puntos.

Oportunidad inigualable la desaprovechada por el cuadro de Santa Lucía para escapar de las posiciones de descenso.

En la prolongación, el habilidoso y rápido jugador sportinguista Mendy, desquiciado por su desacierto de cara al gol, provocó un incidente que acabó con su expulsión y la de Achi, además de una tarjeta amarilla inmerecida a Rubén Coméndez, que en aquel momento se encontraba por la zona.

Desde un principio se evidenció que el técnico visitante, Manolo Sánchez, tenía bien estudiado a su adversario y él mismo lo reconocía al final del partido. "Teníamos claro que no podíamos dejar jugar cómodos a los centrocampistas de la UD Vecindario, porque si no estábamos perdidos".

Primero lo hizo y después lo dijo. El entrenador asturiano cumuló efectivos suficientes en la parcela central para evitar que Pollo, Yeray López y Rubén Coméndez coordinaran el juego de ataque del conjunto grancanario y suministraran balones a los exteriores Michel y Maikel, que estuvieron muy desasistidos durante todo el partido, al igual que el delantero Yeray Ortega, que también estuvo bastante aislado.

A pesar de su abrumador dominio, los visitantes no se acercaron con claridad a la meta contraria hasta los últimos minutos de la primera parte.

En los últimos minutos de esta mitad comenzó a surgir la figura del salvador David Álamo, con tres espectaculares intervenciones.

A pesar del empate, los aficionados locales se fueron satisfechos porque eran conscientes de que el mal hubiera sido mayor, tal y como se desarrolló el partido.