miércoles, 2 de julio de 2008

Silva, el campeón de la Macaronesia

01/07/2008 (23:19 h.)
LA MIRADA DE ANDERSSON / CRISTIANO RONALDO SE QUEDA SIN CORONA

Silva, en plena celebración del 0-3 a Rusia, del que fue autor. (EFE)
MARTÍN ALONSO. Las Palmas de Gran Canaria

La figura, casi imperial, de Cristiano Ronaldo hizo sombra al resto de futbolistas al inicio de la Eurocopa'08. El extremo de Funchal (Madeira) se presentó en el torneo de Austria y Suiza tras firmar una temporada brutal: campeón de la Premier League y la Liga de Campeones con el Manchester United y autor de 42 goles en 48 partidos oficiales. Tanto mérito sobre un terreno de juego, más una buena campaña de márketing, le pueden convertir este verano en el protagonista principal del traspaso más caro de la historia de un jugador -si se concreta su venta al Real Madrid por 100 millones de euros-. Pero más allá de sus regates, su velocidad, su potencia, su tupé o su cara bonita, la pelota puso este verano las cosas en su sitio: Cristiano Ronaldo, él solo, no pudo hacer campeón a Portugal. Porque el fútbol, por mucho que se empeñen algunos, es un juego de equipo donde el compromiso colectivo es la base de cualquier victoria.

Entre dudas, casi de puntillas como todos los futbolistas del Valencia tras un año para olvidar en el club ché, llegó David Silva a la Eurocopa'08. Sospechas y temores que se multiplacaban por militar en la selección española, un equipo condenado a reservar noches de hotel en cualquier torneo internacional sólo -como mucho- hasta cuartos de final. El centrocampista de Arguineguín (Canarias) había firmado, antes de presentarse en el Tirol austriaco, una campaña irregular maquillada por el título de campeón de Copa del Rey logrado por el conjunto levantino en el Manzanares (3-1 ante el Getafe). Pero de la mano de Luis Aragonés, el jugador grancanario entró en ebullición en la competición continental. Se alineó junto a Xavi Hernández, Iniesta, Senna, Cesc Fábregas o Xabi Alonso para formar un centro del campo, donde se cocina el buen fútbol, que ha hilvanado un juego superior. Tan elevado ha sido ese nivel, que culaquier futbolero de paladar exquisito ha alucinado con España.

Cristiano Ronaldo y David Silva, tan lejos, tan cerca, los dos de la Macaronesia, interpretan el mismo juego con modales dispares.

El portugués eleva el fútbol a un reto individual constante. Un desafío donde sólo resulta válido salir vencedor en cada una de las suertes del extremo: el regate, la carrera, el remate y el gol. De una habilidad superior al resto de jugadores, el futbolista de Funchal es una delicia suelta sobre el césped. Pero inocuo, insuficiente, si nadie del mismo bando se pone a su altura en cualquiera de sus embestidas arrebatadoras. Y en medio de una selección portuguesa plana, donde sólo Deco lució galones y donde la ausencia de un delantero centro de garantías lo hipotecó todo, Cristiano Ronaldo zozobró. Tanto que se quedó sin corona. Sin su blasón.

David Silva, también con una dosis generosa de gracia, tiento y soltura con el balón enganchado a su pie izquierdo, no goza ni de tanta potencia ni de tanto recorrido como Cristiano Ronaldo. Pero lo interpreta todo en más espacio. Su campo de visión es infinitamente más grande que el del extremo de Funchal. Y es más generoso. Y entiende el fútbol como un juego colectivo, donde es la pelota la que debe devorar, en kilómetros de movimiento, al césped y no la hierba la que se abra bajo los pies de los futbolistas.

Por tipos como Silva, como Xavi, como Iniesta, como Cesc. Por gente como ellos que no encuentra la pelota como un elemento extraño, por gente como ellos que no esconden tras la mediocridad de un frío resultado, por gente que suma sus fuerzas por un bien común, España ha ganado la Eurocopa. Pero más allá de la victoria, lo ha logrado con el buen juego como bandera. Lo ha hecho fiel a un estilo. Porque así se ganan los títulos. Porque así se juega al fútbol, aunque igual de otra manera se ganan algunos partidos y se venden más camisetas.

Así que nadie pierda la persepectiva porque, después de todo, fútbol es fútbol. Lo demás son fuegos de artificio. Y si no, elijan para su equipo a once tipos como Silva entregados a la causa o a once figuras en busca de la gloria personal como Cristiano Ronaldo.

PD- La Macaronesia es la región que forman, en el Atlántico Norte, los archipiélagos de las Azores, Madeira (de donde es Cristiano Ronaldo), Islas Salvajes, Canarias (de donde es natural David Silva) y Cabo Verde.

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