EDITORIAL: CÓMO RENTABILIZAR LA CANTERA
23.07.2008 19.02 de MAROGAR artículo leído 36 veces
La cantera cuesta dinero. Lógico, como cualquier inversión de cualquier empresa en su capital humano. ¿Y cuanto significa respecto al presupuesto global? Entonces, lo primero que habrá que definir es el posicionamiento del club en asuntos tan claves ¿La cantera es un gasto o una inversión? De salida, la labor de cantera debe ser una filosofía del propio club y no de sus técnicos por más identificados que estén con dicha labor. Porque ellos solos no podrán implantarla, ni desarrollarla, ni obtener los frutos válidos necesarios… Los entrenadores deben ser ejecutivos de una idea fundamental (firme, definida, irrenunciable) implantada desde arriba donde el Presidente debe llevar la voz cantante. Además, los formadores tienen que ser profesionales preparados, bien pagados, que trabajen con paciencia, confianza, reconocimiento, cariño y, sobre todo, total vocación. Esta labor no debe realizarse de manera “funcionarial”, rutinaria; fijando objetivos claros y con metas inmediatas. Al respecto, debemos hablar muy claro, sin falsear argumentos y números, sin crear falsas expectativas…Tomemos cualquier equipo actual de Segunda División A, que dispone de un presupuesto en fichas y sueldos en torno a 4 millones de euros para un total de 25 jugadores en plantilla, por lo que cada jugador costaría unos 160.000 euros de media por temporada. En las mejores empresas suelen dedicarse un 2% de su nómina total para invertir en formación, lo que representaría unos 80.000 euros en este caso. Y ésta sería la primera conclusión, financiaríamos toda la cantera con una cantidad que representa la mitad de una ficha profesional. Ahora bien, no nos equivoquemos, hasta un euro es mucho gasto si no hay voluntad de rentabilizarlo. Porque es habitual que los clubes ejecuten muchas acciones de cantera pero la mayoría son de cara a la galería, otras para recibir subvenciones de la Federación o de otros organismos públicos o privados. Incluso para cubrirse “del que dirán…”
¿Cuántos jugadores son utilizados de manera sistemática en toda la temporada? La mayoría de los equipos utilizan entre 14 ó 15 jugadores, mientras que unos 10 jugadores son infrautilizados o lo que es lo mismo se les mantiene en plantilla “haciendo bulto” para un “por si acaso”.... Éstos jugadores valdrían cada temporada 1.600.000 euros (10x160.000 euros) ¿Por qué este dispendio no les duele a los directivos? Sólo este dato es suficiente para plantear un Plan de Eficiencia de la Cantera (PECAN). Resumidamente, dicho Plan se haría a 4 años, se profesionalizarían 8 jugadores, mínimo, para el primer equipo (2 jugadores x 4 temporadas) y otros 16 jugadores participarían también en la plantilla y serían la fuente de reclutamiento de los futuros profesionales (4 jugadores x 4 temporadas). El PECAN sería del club, de su presidente y directiva, se impondría de arriba abajo a todos los estamentos técnicos y el primer ejecutivo sería el entrenador principal, al que se le pagaría adecuadamente su labor de cantera, contemplando su contrato un plazo acorde con dicho objetivo. El primer año sería el más delicado, el más crítico, debiendo controlarse todas las reacciones negativas en la gestión de dicho cambio…
Los primeros 6 jugadores serían miembros natos de la plantilla (2 profesionales + 4 semiprofesionales); y los semiprofesionales jugarían los domingos en el equipo filial salvo que fueran necesarios para el primer equipo. Ya en el 2º año, serían 8 jugadores de cantera los disponibles para el entrenador (2 profesionales + 2 semiprofesionales año anterior + 4 nuevos semiprofesionales). Para el 3º año se llegaría a 10 jugadores (2 profesionales + 4 semiprofesionales año anterior + 4 nuevos semiprofesionales); y en el 4º año igual que en el 3º. A partir del 5º año, la bola de nieve sería imparable… Para que el PECAN no acabe siendo “el cuento de la lechera” todos los componentes de la estructura técnica tendrían que comprometerse con rigor, predominando aquellos valores, no solo técnicos, que el club debe definir y propagar a todos sus miembros… En cualquier caso, los jugadores foráneos empezarían a disminuir en la primera temporada y reducirse aún más en próximas campañas. Haciendo la “cuenta de la vieja”, si por los 2 profesionales más otros 4 semiprofesionales desembolsásemos unos 120.000 euros, el ahorro efectivo ascendería a 840.000 euros (6x160.000=960.000; y restándole 120.000 euros a ese total, resultaría la cifra indicada). Para años venideros, esta línea de trabajo produciría similares números e incluso se irían incrementando por éste y otros motivos…
En este Plan se incorporarían todos los jugadores de 15 años en adelante. Asimismo, para favorecer las rotaciones o nuevas incorporaciones, un jugador semiprofesional solo permanecería 2 temporadas en la plantilla sin haber dado el salto definitivo a profesional. De esta forma habría oportunidades para muchos jugadores. Este proceso debe realizarse con total profesionalidad y rigor, no debe ser una decisión “por antigüedad” sino por valía y desarrollo personal. Complementariamente, se establecería un sistema de cesiones a otros equipos, con seguimientos exhaustivos, controlados, sin improvisaciones y olvidos que ahora se producen sin ninguna responsabilidad para nadie de la estructura técnica. Sin olvidarse de una adecuada retribución para que los jugadores no huyan a otros equipos dispuestos a pagar con generosidad. Al mismo tiempo, se huiría de algunas acciones desafortunadas que se realizan en ciertas canteras, designando a los jugadores como “grupos de élite”, programándoles entrenamientos singulares, señalándoles innecesariamente y antes de tiempo como los futuribles fenómenos del club, etc. En mi opinión, esta estrategia es altamente perjudicial para el resto del colectivo de cantera. Una trampa que genera envidias, luchas intestinas, peleas internas entre jugadores, representantes y padres; hasta disputas entre técnicos e incluso con medios de comunicación porque cada uno tiene a su favorito con lo que el espíritu de equipo se destruye. Hagan lo que hagan los enchufados, están ya bendecidos y los demás no encuentran oportunidades aunque su esfuerzo y progreso sean evidentes… Con lo que el veneno de la discordia se acaba inoculando y se respira en el ambiente la discriminación de unos contra otros.
Otra cuestión fundamental. Hay en la actualidad contratos entre clubes donde se ceden jugadores en formación y ambas partes convienen en que el jugador X deberá jugar sistemáticamente y, de no hacerlo, el club que ficha al cedido deberá abonar una cifra importante al club que lo cede. Y los entrenadores, actualmente, ya aceptan estos compromisos de su club. Entonces, ¿Por qué no iban a aceptar una cláusula similar para sus propios jugadores de cantera? En este asunto, el club debe mostrar una disciplina férrea… Claro que siempre aparecerán otras formas de hacer las cuentas, pero la contabilidad de cantera debe ser de partida doble y no contabilizar solamente los gastos. Hay quien piensa que es mucho más fácil fichar jugadores sin necesidad de mantener una organización estructurada que requiere mucho tiempo y conflictos en los procesos formativos. Igual que sabemos que la cantera no genera demasiadas comisiones ni transferencias que autoalimenten al sistema establecido… Un aspecto poco conocido, poco practicado y que habría que implantar; sería la asignación de “tutores” a cada futbolista canterano que se ocuparían de instruirlo en aspectos internos de vestuario, integración y plena aceptación por los grupos… Dichas tutorías tendrían seguimientos periódicos y a los tutores se les valoraría económicamente, siendo los capitanes, los veteranos procedentes de cantera, y los jugadores que más liderazgo tengan en el equipo los que deben desarrollar esta labor singular.
Una administración de plantillas con más profesionales formados dentro del club, un mayor control de sus costos, un menor presupuesto con mucha más motivación, más identificación de los jugadores con sus aficionados, menos fugas de jugadores, etc., permiten al club ser mucho más selectivo en los fichajes externos y ello permite un equilibrio presupuestario ya en cantidad como en calidad. ¿Cómo se cuantifica toda esta dinámica? ¿Cuánto correspondería contabilizar a favor de los equipos base en los que se formó Iker Casillas, o Iniesta, o Raul, o Puyol, o Guti…? Los enamorados de la cantera queremos hechos, realidades, y la partida doble de la cantera es que también se deben contabilizar los ingresos no solo los gastos.
Si no rompemos el círculo vicioso actual seguiremos discutiendo, eternamente, sobre la diferencia entre precio y valor de la labor de cantera.
MAROGAR (Julio 2008)
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