31 Julio: acechan los descensos administrativos.
27.07.2008 09.45 de Redacción ESFUTBOL.NET
La crítica situación de numerosos clubes en el fútbol español podría provocar un terremoto en la configuración de las distintas categorías. A días del cumplimiento del plazo estipulado para la liquidación de las deudas a los jugadores, son varias las instituciones que se arriesgan a perder la categoría e incluso a desaparecer.
En años precedentes la aparición de un mecenas apasionado del fútbol, o el apoyo económico de los Ayuntamientos, de manera directa o indirecta, se convertía en la tabla de salvación. Sin embargo en esta ocasión la crisis económica retraerá a los potenciales inversores.
La Ley Concursal se ha convertido en una opción para eludir el descenso administrativo por impago a los futbolistas. Éstos plantean movilizaciones al considerarse víctimas de la asunción por parte de las SAD de una medida que les acarrea importantes pérdidas económicas. Obviamente los clubes que no dieron el paso a la modificación de su status (en Segunda B y Tercera son la inmensa mayoría) no pueden recurrir a este "salvavidas".
Entidades como CD Logroñés, Linares, Vecindario, por poner algunos ejemplos, podrían verse arrastradas a la Tercera División o a la extinción. Pero, ¿quién se vería beneficiado por las medidas disciplinarias? ¿Qué clubes serían repescados?
En el fútbol profesional el criterio es claro, con ejemplos recientes: si un club, por poner un ejemplo, de Segunda División A no cumple con sus obligaciones el 31 de Julio, retrocedería a la categoría de bronce y su puesto sería cubierto por el mejor clasificado de los descendidos. El Racing de Ferrol se vería beneficiado por el descenso administrativo de alguna otra institución. Seguirían el ranking de los potenciales repescados Cádiz, Granada 74 (también en situación complicada) y Polideportivo Ejido, en este orden.
En Primera División, aunque existen 6 clubes denunciados (por 16 de Segunda A) por 21,7 millones de euros, todo indica que ningún club arriesga la pérdida de categoría. Las Instituciones Locales y la empresa privada tomarían cartas en el asunto, por más que la recesión económica lo desaconseje, para evitar el desastre. Algo más discutible en Segunda A (el Burgos CF no pudo superar el proceso de conversión en SAD...)
Ahora bien, ¿qué sucede con la Segunda B, quiénes serían los beneficiados de uno o más descensos administrativos? El Reglamento de la RFEF expone claramente que no se recurriría a los clubes descendidos para ocupar las vacantes en la categoría que perdieron en el campo.
Así, si es degradado en los despachos a Tercera División un club "X", ocupará su plaza en Segunda División B el mejor clasificado en el Grupo de Tercera en el que participe el club descendido. Ejemplo práctico: si el Vecindario no lograse saldar sus deudas y descendiera, su puesto en Segunda B sería ocupado por el Atlético Granadilla, mejor clasificado entre los no ascendidos del Grupo 12 de Tercera División. Siempre, obviamente, que estuviera al corriente de pago con sus jugadores.
¿Qué pasaría si el club descendido desapareciera? El criterio cambiaría. Su vacante sería cubierta por el mejor clasificado en la Liga Regular de Tercera entre los finalistas no ascendidos a Segunda División B en el Play-Off. Hoy en día, el orden de eventuales repescados sería el siguiente:
1. MIRANDÉS (95 puntos/38 partidos)
2. BARBASTRO (88/40)
3. DON BENITO (82/38)
4. TERUEL (84/40)
5. CIEMPOZUELOS (81/40)
Clubes como Gimnástica de Torrelavega o Ejea, con 100 y 93 puntos en la Liga Regular, no tendrían opciones al haber caído en las semifinales de los Play-Off. Todo ello en la interpretación racional del campeonato.
Dos temporadas atrás se verificó un caso pintoresco cuando el Badajoz fue descendido a Tercera División. En caso de inscripción en dicha categoría, su plaza en Segunda B sería cubierta por el Cerro Reyes, también de la capital pacense, como mejor clasificado entre los no ascendidos en el Grupo 14. En caso de desaparición, el Toledo, club que acumuló más puntos entre los finalistas en la lucha por el ascenso, habría sido repescado.
Antonio Olivera "Cachola", presidente del Cerro Reyes, se comprometió a formalizar la compra de acciones del Badajoz SAD para garantizar su existencia. Una circunstancia que beneficiaba claramente al Cerro Reyes, pues le otorgaba el ascenso a Segunda División B. La extinción de la SAD lo habría impedido y era propósito del dirigente, cuanto menos, alargar la vida de la institución albinegra. Una vez inscrito el Cerro Reyes en la categoría de bronce, se ralentizó el proceso de compra del Badajoz hasta que finalmente Cachola renunció, logrado su objetivo, a hacerse con la propiedad del primer club de la capital.
Se preveen jornadas intensas, de negociaciones para evitar descensos y presiones para obtener una plaza en superior categoría. En medio, los futbolistas, víctimas de la falta de planificación de dirigentes qúe construyeron planteamientos nada realistas el pasado verano. El mercado se verá afectado. Primero, por la entrada en el mismo de jugadores que esperan conocer el destino de sus clubes de la pasada temporada, con los que, en muchos casos, mantienen contrato en vigor. Y segundo, por la hipótesis cada día más evidente, de que muchos futbolistas, especialmente habituales de Segunda A y Segunda B, verán en los mercados extranjeros una óptima oportunidad de labrarse una carrera, tal vez, con mejores condiciones económicas. Más allá de que la crisis del fútbol español no es un caso aislado.