2-1: El Pucela juega con fuego y Las Palmas se quema
El Real Valladolid gana en el minuto 93 con un gol de Óscar y se pone a un punto del ascenso directo
El Real Valladolid tuvo que esperar al minuto 93 para vencer a
la U.D. Las Palmas (2-1) en un partido descafeinado de ambos equipos que
solo tuvo salsa en el arreón final, cuando el Pucela, a base de querer,
consiguió poder.
Con un cabezazo de Óscar en mitad de los seis minutos de descuento que decretó el mal árbitro Pino Zamorano, el Real Valladolid purgó sus penas, ya que no entró bien en el partido y se encontró durante muchos minutos sin sitio en el campo. El fútbol blanquivioleta, que siete días atrás fue una sinfonía, esta tarde, por momentos, sonaba desafinado.
El partido comenzó frío, se tornó gélido con la lesión de Sisi (luxación en hombro derecha, la misma lesión que tuvo ante el Alcorcón en enero y que le dejó un mes en el "dique seco") y acabó en fiesta total y absoluta con el gol "in extremis" de Óscar que permite al Real Valladolid ponerse a un punto del Celta, a la espera de lo que el equipo vigués haga mañana en Balaídos ante el Villarreal B.
Pese a todo, el Pucela fue superior a Las Palmas y mereció ganar a los puntos, por escaso margen quizá, pero mereció ganar. En la primera parte, por ejemplo, solo hubo una ocasión de gol y estuvo en la derecha de Álvaro Rubio, que con un trallazo mandó el balón al larguero, que botó en la raya de gol y se salió.
Nauzet, con una genialidad increíble en el comienzo de la segunda parte, marcó el 1-0 y dio el pistoletazo para que el partido cambiara de ritmo. Pero nada cambió. El Pucela siguió jugando con fuego.
Las Palmas, que en el minuto 54 había realizado dos cambios, empató en el minuto 62 en un córner. David García cabeceó libre de marca para poner las tablas en el marcador. En su primer tiro a puerta, el equipo canario hacía diana.
El empate dio paso a unos minutos en los que Las Palmas intimidó al Real Valladolid. Amagó con irse a por la victoria ante un rival tocado, pero la realidad es que no supo poner en verdaderos aprietos a Jaime. Ahí empezó a perder el partido el conjunto amarillo.
Djukic movió el banquillo y Jofre, que había salido en el minuto 13 por Sisi, dejó el terreno de juego en el minuto 65 por Bueno. Y en el 74, Nafti saltó al campo por Álvaro Rubio.
En el último cuarto de hora, el Real Valladolid se desbocó. Javi Guerra falló un "mano a mano" con Barbosa (el delantero elevó el balón, pero se fue por centímetros) y a pesar de que Las Palmas, con la ineptitud de Pino Zamorano como cómplice, quisieron desactivar el encuentro con pérdidas de tiempo, el equipo blanquivioleta, apoyado con fe desde la grada, se fue a por la victoria con corazón.
En el minuto 91, Momo, de forma milagrosa, sacó bajo palos un cabezazo de Juanito con Barbosa ya batido. Pero en el 93, en una jugada muy similar, el cabezazo de Javi Guerra no encontró a un defensa en la raya, sino a Óscar, que empujó el balón para marcar el 2-1 y que Zorrilla entrara en éxtasis, del que ya no salió ni siquiera cuando Pino Zamorano expulsó a Nafti en el minuto 95 (por entender que había dado un cozado a un contrario) y Las Palmas tuvo tiempo de poner una falta al corazón del área.
Sin querer, el Real Valladolid había jugado con fuego durante muchos minutos, pero el que acabó quemándose fue Las Palmas.
Con un cabezazo de Óscar en mitad de los seis minutos de descuento que decretó el mal árbitro Pino Zamorano, el Real Valladolid purgó sus penas, ya que no entró bien en el partido y se encontró durante muchos minutos sin sitio en el campo. El fútbol blanquivioleta, que siete días atrás fue una sinfonía, esta tarde, por momentos, sonaba desafinado.
El partido comenzó frío, se tornó gélido con la lesión de Sisi (luxación en hombro derecha, la misma lesión que tuvo ante el Alcorcón en enero y que le dejó un mes en el "dique seco") y acabó en fiesta total y absoluta con el gol "in extremis" de Óscar que permite al Real Valladolid ponerse a un punto del Celta, a la espera de lo que el equipo vigués haga mañana en Balaídos ante el Villarreal B.
Pese a todo, el Pucela fue superior a Las Palmas y mereció ganar a los puntos, por escaso margen quizá, pero mereció ganar. En la primera parte, por ejemplo, solo hubo una ocasión de gol y estuvo en la derecha de Álvaro Rubio, que con un trallazo mandó el balón al larguero, que botó en la raya de gol y se salió.
Nauzet, con una genialidad increíble en el comienzo de la segunda parte, marcó el 1-0 y dio el pistoletazo para que el partido cambiara de ritmo. Pero nada cambió. El Pucela siguió jugando con fuego.
Las Palmas, que en el minuto 54 había realizado dos cambios, empató en el minuto 62 en un córner. David García cabeceó libre de marca para poner las tablas en el marcador. En su primer tiro a puerta, el equipo canario hacía diana.
El empate dio paso a unos minutos en los que Las Palmas intimidó al Real Valladolid. Amagó con irse a por la victoria ante un rival tocado, pero la realidad es que no supo poner en verdaderos aprietos a Jaime. Ahí empezó a perder el partido el conjunto amarillo.
Djukic movió el banquillo y Jofre, que había salido en el minuto 13 por Sisi, dejó el terreno de juego en el minuto 65 por Bueno. Y en el 74, Nafti saltó al campo por Álvaro Rubio.
En el último cuarto de hora, el Real Valladolid se desbocó. Javi Guerra falló un "mano a mano" con Barbosa (el delantero elevó el balón, pero se fue por centímetros) y a pesar de que Las Palmas, con la ineptitud de Pino Zamorano como cómplice, quisieron desactivar el encuentro con pérdidas de tiempo, el equipo blanquivioleta, apoyado con fe desde la grada, se fue a por la victoria con corazón.
En el minuto 91, Momo, de forma milagrosa, sacó bajo palos un cabezazo de Juanito con Barbosa ya batido. Pero en el 93, en una jugada muy similar, el cabezazo de Javi Guerra no encontró a un defensa en la raya, sino a Óscar, que empujó el balón para marcar el 2-1 y que Zorrilla entrara en éxtasis, del que ya no salió ni siquiera cuando Pino Zamorano expulsó a Nafti en el minuto 95 (por entender que había dado un cozado a un contrario) y Las Palmas tuvo tiempo de poner una falta al corazón del área.
Sin querer, el Real Valladolid había jugado con fuego durante muchos minutos, pero el que acabó quemándose fue Las Palmas.
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