Estaba cantado. Desde hace meses vengo insistiendo en que Paco Jémez no dispone de los recursos necesarios para completar la tarea que se le había encomendado. No tiene el perfil, no da la talla, sus conocimientos son limitados, su inexperiencia brutal, sus formas discutibles y sus filosofía trasnochada, por inútil, repetitiva, coercitiva, deslabazada y suicida. El espejismo de las primeras jornadas obnubiló a casi todo el mundo; pero eran pocos, muy pocos, los que avisábamos de la brutal descompensación de una escuadra que ni había sido minimamente trabajada en pretemporada, ni su responsable técnico poseía los recursos imprescindibles para acelerar ese proceso durante los primeros partidos del campeonato. Tuvo tiempo, y rivales asequibles para hacerlo, pero fracasó. El resultado está a la vista y es tumbativo. No se puede discutir. La UD como bloque futbolístico es un auténtico desmadre, una pantomima balompédica, un conjunto sin recursos, sin mecanismos defensivos, que navega a la deriva porque el timonel está más que superado.
Se que es triste para todos volver a la misma cantinela de cada temporada desde que el duo dinámico -Ramírez y Juanito - ostenta el mando administrativo y deportivo. (Dejémos a Arias de momento) La que planea cada año sobre el entrenador de la UD, sobre ese banquillo que más que un banco deportivo tiene todas las papeletas para parecerse a una silla eléctrica que chamusca antes de tiempo al que osa sentar sus posaderas en tan complicado lugar. Y da igual que se sea un técnico laureado como Kresic, a otro inexperto y escasamente cualificado como Jémez. Tal vez se deberían buscar otras claves, que parecen intuirse. Y todo evidencia a una mala planificación, en la que entrarían varias cuestiones, distintos vectores. Jugadores que permanecen y que deberían haber causado baja; técnicos escasamente cualificados para un proyecto de tal envergadura; nula optimización de los recursos disponibles por esa incompetencia; pésimo seguimiento en la labor de fiscalización de los responsables de tal cometido. Posteriormente encontraremos factores inherentes al propio deporte y al desarrollo del mismo: lesiones, bajas formas, sanciones, viajes y errores en la contratación que se confirman con el tiempo.
Esto último es subsanable y forma parte del fútbol, siendo la parte empresarial que poco tiene que ver con cualquier negocio convencional. No así lo anterior, que debe estar sujeto a responsabilidades. Entendiendo que ese entramado en mitad de un curso no está sujeto a cambios que pudieran poner en peligro la estabilidad institucional, si hay otro que en el fútbol se permite, y en más de una ocasión resulta de obligado cumplimiento realizar. Y en ese caso entramos de lleno en la actual situación de la UD. Recibido el mensaje de que el cuerpo técnico actual no ha demostrado la cualificación técnica suficiente para dirigir un proyecto difícil aunque aparentemente ambicioso, hoy lo podemos unir a la otra parte, a la cara b de ese diseño programado desde junio de 2010 y que debe continuar su andadura. Ya muchos estamos de acuerdo en que, desde luego, bajo otra dirección técnica.
La que a dia de hoy sigue activada, ya ha dejado claro su aviso. Los recaditos se viene sucediendo desde hace tiempo, pero desde el domingo brilla una pizca de sinceridad. Es cierto que desde aquí, o desde cualquier otro sitio sólo existe la posibilidad de recomendar, opinar y argumentar. La decisión ya sabemos a quien corresponde. A quien habló de 5 o 6 partidos seguidos perdiendo, o simplemente entrar en zona de descenso. Otra vez se equivocó, porque el fútbol se rige por otras coordenadas. Las que, ni de lejos, otea El Corte Inglés, el BBVA o la tienda de Mariquilla la de la esquina. Tiempo de sobra hay.
Morete-Markov.
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