En el caso de que el Barça gane el miércoles la final de la Copa del Rey al Real Madrid en el campo valenciano de Mestalla, Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana pondrán cerco a las celebraciones. Los agentes no permitirán entrar en las inmediaciones de la plaza de Cataluña y la fuente de Canaletes con objetos contundentes, como botellas de cristal, latas o vasos. Una medida que hasta ahora se tomaba solo en fin de año.
Más de 600 agentes vigilarán que los festejos no se desmadren en el corazón de la ciudad. Y para eso, el cuerpo policial tendrá a punto las 10 nuevas lanzaderas GL-06 que disparan pelotas de esponja rígida. A diferencia de las escopetas de pelotas de goma, esta arma permite apuntar directamente al alborotador e inmovilizarlo. El aparato es un elemento disuasorio previo a las escopetas, que siguen en uso porque son más efectivas para disolver a los violentos, según ha explicado esta mañana el comisario Sergi Pla, responsable de la Brigada Móvil de los Mossos d'Esquadra.
El cuerpo policial prestará también atención a los desplazamientos. Está previsto que unos 59 autobuses, tres trenes charter y centenares de coches privados viajen hasta Mestalla. Eso supone unos 20.000 aficionados del Barça, según los datos facilitados esta mañana por el comisario Manel Castellví. De estos, la mayor parte, unos 15.000, acudirán al partido en vehículos privados. Dentro de este grupo se cuentan los radicales, de los que la policía no ha querido dar detalle.
La jornada del miércoles es la primera de tres que se suponen de alto riesgo porque se disputan contra el eterno rival: el Real Madrid. Le sigue el partido de ida de la Champions, que se celebrará en 27 de abril en Madrid, y el de vuelta, el 3 de mayo en Barcelona. Uno de los dos pasará a la final, prevista el 28 de mayo en Londres.
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