jueves, 21 de abril de 2011

0-1: Sí, sí, sí, la Copa es del Madrid

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Tori Blanco 20/04/2011 |

El Barça de Guardiola sufrió en Valencia el primer revés realmente serio después de casi tres años triunfales. Se perdió la Copa y la Champions la pasada temporada, es verdad, pero caer anoche ante el Madrid de Mourinho fue mucho más doloroso. El Madrid evitó el doblete azulgrana (la Liga no se escapará) en una final intensa y pasional que resolvió en la prórroga y después de haber estado contra las cuerdas. Lo cierto es que el Madrid supo leer mejor las emociones del partido y tuvo en Casillas al ángel de la guarda de las grandes ocasiones.

El Barça salió con una empanada mental tremenda y no dio con la tecla adecuada para el partido. El Madrid, en cambio, sin variar apenas el planteamiento, sí ofreció una imagen muy distinta a la del pasado sábado. Con un 4-1-4-1 con Cristiano en punta y Ozil y Di Maria en las bandas, cerró los espacios y las líneas de pase al Barça y no sólo buscó contras largas para Cristiano sino que fue dominador del juego en esta fase.

Que Mascherano, central al lado de un Piqué continuamente abucheado por la afición madridista, fuese el mejor de ese primer tiempo dice mucho. El 'Jefecito' rechazó un primer remate de Ronaldo tras pase largo de Ozil, pero los grandes sobresaltos de ese primer acto llegaron cuando lo peor parecía haber pasado. CR7 falló solo ante Pinto a los veintinueve minutos, buscando una vaselina suave, y a los treinta y seis el meta le sacó con el pie un remate envenenado tras pase largo de Ozil originado en una pérdida de Piqué. Y el peor susto: cabezazo de Pepe (nada menos) al palo a centro de Ozil. El rechace no entró de puro milagro.

Capítulo aparte merecen los malos modos, igualmente triunfadores. Quedaron impunes un pisotón de Pepe a Messi y otro de Arbeloa a Villa, agarrado por Ramos de la camiseta inmediatemente después. Con estos ingredientes, llegar al descanso 0-0 fue balsámico.

El Barça tuvo la final a tiro en la segunda parte, que desde el minuto uno tuvo un color muy distinto. Undiano ignoró un penalti a Iniesta nada más reanudarse el juego y Villa remató desviado poco después haciendo que por fin Casillas saliese por la tele. El Barça, más reconocible, con Messi cayendo mucho a la banda, Villa más suelto por el centro e Iniesta como director de orquesta, fue a buscar el partido. Sobre todo, fue mucho más intenso y empujó al Madrid hacia su campo. Guardiola había prometido la víspera que el equipo sería él mismo y cumplió. A los sesenta y ocho minutos, Messi se llevó a tres defensores –entre ellos Pepe, que con una amarilla no pudo dar tanta cera como había dado en la Liga– y cedió en profundidad a Pedro, que fusiló por bajo y cruzado a Casillas. Entonces apareció Undiano y señaló fuera de juego del canario.

Iker se se erigió en esta fase en salvador del Madrid. Primero despejó un remate de Messi desde fuera del área –Villa, despistado, no acertó a rematar en el rechace– y después, cuando el Barça ya se había desbocado, con Messi por todas partes combinando con Xavi e Iniesta, frustró una tremenda combinación entre Leo y Andrés con internada y remate cruzado del manchego.

Con el Barça amo y señor, Mou renunció del todo al juego del primer tiempo cambiando a Ozil por Adebayor y fiándolo todo a las heroicidades defensivas y los balonazos. Con el fútbol en su sitio, Pinto protagonizó la jugada más insólita al salir del área, controlar ante el togolés y retrasar a Mascherano, ubicado como 'portero'. El Madrid estaba 'tocado', pero se las ingenió para salir vivo y, lo que son las cosas, ganó cuando volvió al fútbol-piedra. Casi finiquitan el choque antes de la prórroga –lo impidieron primero Alves ante Cristiano y después Pinto ante Di María–, pero fue en el tiempo extra cuando un remate de Ronaldo a centro de Di María dio la vuelta a la tortilla a los 102 minutos, dejando al Barça 'groggy'.

Guardiola, que no había hecho cambios, buscó nuevas energías con Afellay y Keita,que entraron por Villa y Busquets. Xavi se colocó de pivote y el Barça fue, sin rendirse, a por un empate que no llegó. Tuvo una ocasión Pedro, que no pudo rematar limpiamente, y una última falta en la que hasta Pinto subió. El doblete no ha podido ser. Queda la Champions, queda el premio gordo

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