Lobera
descubrió su vocación muy pronto: ser entrenador. A sus 15 años colgó
las botas y cuando apenas superaba la veintena comenzó en las categorías
inferiores del FC Barcelona. A día de hoy, a sus 38 años, navega en
aguas muy turbias mientras trata de llevar el barco de la UD Las Palmas
al puerto que tanto ansía.
Antes de ser profesional, apuntaba maneras:
Sergio Lobera es un entrenador zaragozano que desde muy joven comenzó a gestarse en la casa blaugrana, donde pasó 8 años.
En su larga estancia como entrenador culé de categorías inferiores, el
maño coincidió con jugadores que sonarán al lector como Romeu, Busquets,
Tello, Bojan, Bartra, Montoya… Tras esto, decidió pasar a formar parte
del Terrassa FC, donde ocupó diversos puestos, entre ellos el de
entrenador del primer equipo. Más tarde Lobera dio un pasito más para
acercarse a convertirse en entrenador profesional: se convirtió en el
entrenador del modesto San Roque de Lepe, que participaba en la Segunda
División B y fue aquí donde el aragonés comenzó a escribir su historia:
en un año en el conjunto andaluz consiguió meterse en la pelea con los
más fuertes de la categoría, una fiesta a la que el equipo de Huelva no
estaba invitado. Acabó 5º y metió al San Roque de Lepe en la Copa del
Rey, hecho histórico por allá. Le valió esta magnífica temporada para
fichar por el AD Ceuta, entonces uno de los gallitos de la categoría de
bronce del fútbol español. Sin embargo allí le fue esquiva la suerte, en
una temporada marcada por los impagos y los problemas institucionales,
Lobera y los suyos demostraron profesionalidad salvando la categoría
luchando a destajo hasta la conclusión de la temporada. Había vivido el
técnico la dulzura de estar arriba y lo duro de estar abajo: Sergio Lobera estaba preparado para otro paso más.
Lobera, elegido para comandar a Las Palmas:
En Las Palmas de Gran Canaria, mientras,
acababa de terminar una temporada en la que el objetivo de la
permanencia se cumplió con holgura. Sin embargo, con Juan Manuel
Rodríguez como técnico, la UD Las Palmas había hecho de la racanería su
bandera y del aburrimiento su camino, lo cual no gustó a la grada. Eso,
sumado a la pronta ejecución del objetivo y que el equipo a falta de
meses de competición estaba en tierra de nadie en la clasificación, hizo
registrar las peores entradas de la historia del Estadio de Gran
Canaria. Así, al concluir el curso, la directiva amarilla propuso un
volantazo: se buscaba entrenador. Sonaron muchos: Onésimo, Preciado,
Sandoval… Incluso muchos soñaban con el regreso de Jémez, quien había
anunciado que abandonaba el Córdoba, y si el equipo califa subía a
Primera tenía todas las papeletas de recalar en la isla. Pero no, no fue
ninguno de ellos, fue Sergio Lobera, el ‘ganalotodo’ de las categorías
inferiores del Barcelona, y que había sonado con fuerza para ser el
segundo de Tito Vilanova en el Camp Nou, se disponía a liderar su primera aventura profesional.
Poco tarda en ganarse a su gente:
Los amarillos, necesitados de ilusión,
se aferran pronto al jovensísimo entrenador aragonés, tanto es así que
no tardó en ponerse de moda una corriente denominada Loberismo, creada
por un twittero popular isleño. Su carisma, templanza y saber estar
cautivan pronto a la grada del Gran Canaria. Por supuesto, llegaba con
la idea de que Las Palmas debía mimar al balón, no se podía esperar otra
cosa de un técnico formado en La Masía: metió a Deivid de mediocentro y
le pidió que se metiera entre los centrales para sacar el balón. Vamos,
intentó convertir a Deivid en el ‘Busi’ de Las Palmas, pero la moneda
salió cruz y un debutante tenía a Las Palmas en situación crítica.
En posición de descenso recibió al
Racing en Copa. La afluencia no fue colosal (algo habitual en los campos
españoles ante las incongruencias del torneo). Las Palmas perdía el
partido, y ante el chaparrón que caía (deportivo y meteorológico) los presentes dictaron sentencia coreando el nombre de Lobera,
señalando claramente que el maño no era el culpable de la situación
deportiva. Las Palmas llevó el partido a la prórroga y se clasificó para
luego encadenar una racha de 14 partidos sin derrotas que terminaría en
la pista de patinaje de Los Pajaritos. Esa racha valió a los amarillos
para encaramarse en la zona noble, de donde no saldrían. Jugaron los
play off y por muy poco cayeron ante el Almería. Cabe destacar que
Lobera hizo una metamorfosis en el juego: Las Palmas se convirtió en un
equipo vertical y divirtió a su gente con contraataques vertiginosos
liderados por Thievy y Vitolo, dos miuras que hacían estragos a las
defensas de segunda. Tras caer en tierras andaluzas la afición recibió
al equipo y en aquel momento los amarillos se volvieron a
pronunciar dado que uno de los más aclamados fue Lobera a quien se le
pidió…: “Lobera quédate, Lobera quédate…”
Año nuevo, vida nueva:
Lobera, agradecido, no escuchó ofertas y
se quedó. Las Palmas le puso a priori una de las mejores plantillas del
campeonato y un nuevo objetivo: mejorar su primera temporada. Manos a
la obra, Las Palmas en la igualdad de segunda división se mostró cómodo y
siempre coqueteó con la parte alta… Pero llegó el derbi canario.
Tras una chiquillada que costó a Apoño una sanción de 6 partidos
(exagerada, todo sea dicho), los canarios caen ante el Zaragoza y
afrontan la visita ante el eterno rival con la ilusión de meterse en
zona de ascenso desde territorio enemigo. En un partido calentado por
gente que sacó de contexto una inocente frase del preparador aragonés,
el Tenerife pintó la cara a Las Palmas endosándole la mayor victoria
blanquiazul de la historia, ante la atónita mirada de una afición
entregada que cruzó el charco para apoyar a su equipo. Dura herida que
se cerró ganando al Recre, una de las gratas sorpresas de la categoría.
Sin embargo, Las Palmas no ha vuelto a mostrar una regularidad que tranquilice a su gente,
combinando partidos convincentes como en Riazor o el repaso al Alavés
(a pesar de caer derrotados) con partidos en los que parece se muestra
un equipo que no sabe cómo hacer daño al rival, como en Ipurúa o el
Toralín, donde apenas es capaz de descubrir el color de la camiseta del
portero rival.
Tras dos derrotas consecutivas, Las Palmas se posiciona fuera de play off y se ha vivido en el seno amarillo una semana complicada.
Cuando ya la luna alumbraba la noche del lunes se reunían las altas
esferas del equipo para discutir la continuidad de Lobera. Tras no
hacerse nada público, el martes por la tarde salían a la palestra
sustitutos para el entrenador amarillo, a quien se daba por destituido.
Al avanzar el día y cuando ya nadie esperaba a Lobera el sábado en el
estadio, se confirmó que el aragonés seguía en el cargo. Mucho que
explicar de lo ocurrido en la semana por parte de los directivos del
equipo a una afición que no entiende un ápice de lo que ha visto. Sin
duda, el sábado ante el Numancia Lobera tiene una final: primero Lobera
expondrá argumentos, y luego, como ya ocurriera contra el Racing en
Copa, será el respetable que se dé cita en el Estadio de Gran Canaria quien dicte sentencia.
http://falso9blog.com/2014/02/con-sergio-lobera-las-palmas-a-primera/
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