sábado, 24 de agosto de 2013

La historia del canario Al Cabrera, el primer héroe hispano del béisbol

La historia del canario Al Cabrera, el primer héroe hispano del béisbol

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Se cumple un siglo del partido de debut del jugador cubano de origen isleño en las Grandes Ligas de Estados Unidos


Se llamaba Alberto Cabrera, pero a los salones de la fama del mejor béisbol del mundo pasó como Al Cabrera, alias Pájaro. Su mérito mayor, inédito hasta ese momento y nunca repetido en años posteriores, fue el de convertirse en el primer jugador de origen hispano que militó en un equipo importante de las Grandes Ligas del primer deporte en Estados Unidos. En este mes de mayo, exactamente el día 16, se cumplirá un siglo del partido de debut de Al Cabrera en la primera competición del deporte de la pelota norteamericana. Aunque Al Cabrera sólo disputó ese primer encuentro profesional en las Grandes Ligas, su trayectoria sirvió de guía para muchos de los jóvenes cubanos que, desde entonces, anhelan llegar al paraíso del béisbol estadounidense. Esta es la historia de un mito del deporte, un genuino pionero al que apodaban Pájaro.
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Alberto Cabrera nació el miércoles 11 de mayo de 1881 en un lugar no determinado de la isla de Tenerife. Tampoco está claro cuándo ni cómo llegó a Cuba, pero al ser años de penurias en Canarias la vía de la emigración económica se antoja el argumento de mayor peso para justificar la presencia de la familia Cabrera en la mayor isla de las Antillas. En otoño de 1901 se sitúa su presentación como uno de los jugadores en un equipo de béisbol cubano, el club Almendares de La Habana, uno de los conjuntos de mayor solera en el campeonato nacional de Cuba (de hecho, dos años después del nacimiento canario de Al Cabrera, en la temporada 1893-1894, su futuro club se impuso en el torneo nacional de béisbol, en buena medida por el acierto de su jugador estrella, el pitcher Juan Manuel Pastoriza). Diez temporadas jugó Al Cabrera en el club Almendares, donde ocupó posiciones de líder en las clasificaciones nacionales por jugadas y victorias. Luego pasó un curso en el equipo Fe y, ya en 1913, afrontó lo que hasta esos momentos no tenía precedentes en la historia del béisbol cubano.
Su fichaje por el equipo norteamericano Saint Louis Cardinals, representante deportivo de la ciudad homónima situada en el estado de Missouri, no llegaba para Alberto Cabrera en una plenitud de forma, quizá debido a una edad algo avanzada para destacar entre la pléyade de grandes beisbolistas americanos. Con 32 años y 1,79 metros de estatura, el jugador de origen canario se hizo un sitio en las Grandes Ligas no sin antes esgrimir su procedencia africana para justificar su oscuro color de piel. Porque Al Cabrera era de raza mestiza, hijo de negro o de negra, no está claro, pero justificó su origen isleño para esquivar el claro racismo que imperaba en la sociedad de Estados Unidos. “Hasta ahora se ha creído que Pájaro había nacido en las Islas Canarias, pero eso es algo que no está del todo claro porque quizá su familia sí era canaria de origen pero no él, ya nacido en Cuba”, explica el periodista cubano Rogelio Manzano. Sí está claro que su origen era mestizo, es decir, hijo de negro o de negra, lo que en la época de la segregación racial levantaba barreras a veces insalvables. “Cierto o no”, continúa Manzano, “Al Cabrera ha pasado a la historia como el primer jugador de origen español” que militó en un equipo importante de las Grandes Ligas del béisbol en Estados Unidos, es decir, el mejor béisbol del mundo.
pajaro0Aquella tarde de viernes, el día 16 de mayo de 1913, el beisbolista Al Cabrera saltó al terreno de juego con el equipo de los Saint Louis Cardinals para completar una participación modesta, por no decir efímera. El deportista canario realizó dos bateos, aunque no acertó con ninguno a pesar de la experiencia y la calidad que atesoraba su brazo derecho después de una década de éxitos deportivos en la liga nacional del béisbol de Cuba. Después de su presentación en un partido de las Grandes Ligas estadounidenses, Alberto Pájaro Cabrera regresó a la isla de Cuba para comenzar una nueva etapa en su carrera deportiva. Al Cabrera debutó como entrenador profesional en la temporada siguiente con su equipo de toda la vida, el club Almendares de La Habana, con el que consiguió el título de campeón nacional en su segunda temporada en el banquillo de los habaneros, en la competición de 1915-1916. Sus últimas ocupaciones vinculadas al terreno de juego del béisbol fueron como responsable de los estadios habaneros de La Tropical y El Cerro, este último ubicado en su barrio de residencia situado a las afueras de La Habana.
La trayectoria de Al Cabrera, sobre todo su papel pionero en la presencia de los beisbolistas hispanos en las ligas profesionales de Estados Unidos, fue reconocida en el año 1942 con su entrada el Museo de la Fama del Béisbol de Cuba. Retirado en la localidad habanera de Batabanó, en la costa sur cubana, entre los pueblos de Güines y La Palma, Alberto Pájaro Cabrera falleció en 1964 dejando atrás una estela por la que, a partir de la normalización racial, han transitado los mejores jugadores cubanos. Tres años antes de su muerte, el nuevo gobierno revolucionario liderado por Fidel Castro, al que no le dolieron prendas en utilizar el béisbol como herramienta populista en su juego histórico con Camilo Cienfuegos, había decretado la eliminación del deporte profesional en la isla de Cuba. Y, claro, el béisbol ya no sería lo mismo en la isla antillana. Llegarían luego las fugas de importantes jugadores cubanos, algunos de forma irregular en barcos clandestinos fletados desde el rico norte, pero esa es otra historia más larga de contar. Porque antes que el comandante estuvo la historia pionero del Pájaro Cabrera, el primer hispano en las Grandes Ligas.

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